AMOR Y MISERICORDIA PRINCIPIOS DE VIDA CRISTIANA
Evangelio lunes 6 de octubre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿Qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?” Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”Él le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”.
“Has respondido
exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida”. Pero el doctor de
la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi
prójimo?”
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de
Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo,
lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el
mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un
levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al
pasar junto a él, lo vio y se conmovió.” °°° Lucas 10, 25-37
Amor y misericordia son
fundamentales para vivir la fe y cumplir con la misión que Dios desea en
nosotros. Los conceptos del amor de Dios, la misericordia divina, la caridad
del Señor. Son muy diversos a como los conciben muchas personas. La
misericordia toca fondo en los sentimientos, en la intimidad de la persona,
hace parte de la personalidad cristiana, no es un ejercicio, no es algo que se
hace de un momento para otro, es el ser de la misma persona.
Una persona misericordiosa piensa constantemente
en lo común, descubre rápidamente la necesidad, su espíritu es siempre abierta, totalmente
desprendida, su mente cubre un conjunto interminable de posibilidades, su
corazón tiene alojamiento para miles de personas.
El libro del Levítico en su capítulo 19 presenta
los mandatos del Señor, los conocemos como la tabla de los 10 mandamientos, todos los preceptos guardan un
denominador común “El amor”, porque es la única fuerza capacitada para entender
lo que es de Dios, lo que es del hombre mismo, lo que es de los demás. Sin
el amor es imposible entender la regla de oro para una vida sana y
feliz. Dios propone el amor, y a la vez,
pospone el odio y la venganza
El Papa Francisco indica que
mientras el amor nos hace salir de nosotros mismos, la envidia nos lleva a
centrarnos en el propio yo. El verdadero amor valora los logros ajenos, no
los siente como una amenaza, y se libera del sabor amargo de la envidia. (Amoris Laetittia 95) Quien ama, no sólo evita hablar
demasiado de sí mismo, sino que además, porque está centrado en los demás, sabe
ubicarse en su lugar sin pretender ser el centro. (Amoris Laetittia, 97)
https://youtu.be/XbJQnHTz1eQ