2 de octubre de 2025

INCREDULIDAD, MENOSPRECIO DE LA VERDAD Evangelio viernes 3 de octubre 2025


LA INCREDULIDAD ES MENOSPRECIO DE LA VERDAD

Evangelio viernes 3 de octubre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo: ¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros realizados entre ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y sentándose sobre ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del Juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno.
El que los escucha a ustedes me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza a Aquél que me envió. Lucas 10, 13-16
 
            La incredulidad es un serio obstáculo para que alguien pueda ser merecedor de la salvación que ofrece Dios. El reclamo del Hijo de Dios es la fe.  No solo preguntarle a alguien si tiene fe o sencillamente no le interesa el tema de la Fe. La propuesta es más sabia e inteligente: ¿Qué repercusiones tiene la fe en la vida de un ser humano? ¿Cuánto le cambiaría la vida a una persona, si fuera de fe? ¿Cuánto sabe una persona sobre la misma fe?
 
En varias ocasiones el Salvador del mundo reprende por la falta de fe. Por ejemplo: Jesús llama la atención a sus discípulos por la falta de fe ante sus apariciones pascuales. El pecado es falta de fe y dureza para creer. Dice el Maestro: “los reprendió por su falta de fe y por su dureza para creer a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará”. (Marcos 16, 14-16).
 
            La incredulidad es la menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento. Cuando una persona siendo bautizada y creyente niega una verdad de fe divina, cae en una herejía. Y si una persona rechaza totalmente la fe, cae en la Apostasía. (cfr. Catecismo Iglesia Católica, 2089).
 
 Existen momentos bíblicos de personas que demuestran su fe con sus actitudes, con su nobleza de corazón, con su respeto por el Hijo de Dios. Por ejemplo: Un centurión romano le dice a Jesucristo, no soy digno que entres bajo mi techo, basta que lo digas de palabra. (cfr. Mateo 8, 5-11). Una mujer Cananea convence con su humildad a Jesucristo la grandeza de su fe. (Mateo 15, 21-28). Jesucristo dialoga con una mujer samaritana, la convence de la importante de vivir como personas de fe. “Ustedes adorarán al Padre” (cfr. Juan 4, 1-26).
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https://youtu.be/HTcE8QrOCqk