3 de octubre de 2025

LA SOBERBIA ES UN DESEO DESMEDIDO Evangelio sábado 4 de octubre 2025


LA SOBERBIA ES UN DESEO DESMEDIDO

Evangelio sábado 4 de octubre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Al volver los setenta y dos de su misión, dijeron a Jesús llenos de gozo: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre”. Él les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.
 
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo mantenido ocultas estas cosas a los sabios y prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido”. Lucas 10, 17-24.  
 
            El punto central o el fundamento esencial de la misión que Jesucristo encomienda a todos aquellos que crean en Él no está en los poderes divinos que tiene un ser humano, sino en que el nombre de Dios y su mensaje sea conocido por todos los rincones del planeta. Cuando un creyente coloca demasiado el acento en los poderes, talentos o carismas que Dios le regaló, pierde el horizonte de la verdadera misión.
 
La felicidad no está en el hecho de dominar a satanás, sacar demonios o sanar. Jesucristo corrige este error diciendo: “No se alegre porque los espíritu se te someten, sino porque tu nombre esté inscrito en el cielo” (Lucas 10, 20).
 
            Debemos evitar caer en la tentación de gloriarnos, creyendo que somos los protagonistas de la obra de Dios en el mundo. Cuando la persona le quita el protagonismo a Dios, cae en el pecado capital y gravísimo de la soberbia. El santo Obispo de Hipona y doctor en la Iglesia Católica decía: la soberbia es un deseo de excelencia desmedida.
 
Quien es soberbio, odia ser igual a las demás personas y trata de imponer su dominio. Con esa forma de ser y de actuar, lastima portentosamente a los demás, a la sociedad, a la Iglesia, a la misma familia. Viene muy válido el consejo bíblico: “No permitas que la soberbia domine nunca sobre tus sentimientos ni sobre tus palabras.” (Tobías 4, 15).
 
            El Papa Francisco enseña que: La actitud más peligrosa de toda vida cristiana es la soberbia. Es la actitud de quien se coloca ante Dios pensando que siempre tiene las cuentas en orden con Él: el soberbio cree que hace todo bien.  Hay pecados que se ven y pecados que no se ven. Hay pecados flagrantes que hacen ruido, pero también hay pecados tortuosos, que se anidan en el corazón sin que nos demos cuenta. El peor es la soberbia. (cfr. Audiencia, 10 de abril 2019). El mejor antídoto para la soberbia es la humildad.
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https://youtu.be/Hdnw8nqtueA