LA HUMILDAD DERROTA EL AFÁN DE LA EXCELENCIA
Evangelio domingo 9 de julio 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más
que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se
lo quiera revelar.” °°° Mateo 11, 25-30.
Dios distingue perfectamente entre los
sabios y entendidos, que son aquellos maestros de la ley y los fariseos. Y los humildes y sencillos. Que son
aquellas personas muy disponibles a recibir mucha Gracia de Dios, a ofrecer
mucho a los demás, a aprender la verdadera sabiduría de Dios.
Los entendidos no
han logrado conocer la sabiduría de Dios ni prestar un buen servicio a la
sociedad, porque ellos se creen perfectos, porque centraron la vida en la ley y
se convirtieron e jueces de la misma sociedad.
La Escritura tiene la razón cuando le
recomienda a quien desee ser buen creyente: “No seas sabio en tu propia
opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal” (Proverbios 3, 7).
Los humildes tienen la palabra en la obra
de Dios. La grandeza de un ser humano reside en su humildad.” La humildad
es la virtud que consiste en conocer las propias limitaciones y debilidades y
actuar de acuerdo a tal conocimiento. Es la ausencia de la soberbia, es el
típico comportamiento de la persona que aprende a ser modesto, no se siente el
más importante o mejor que las demás personas.
Según la teología moral, la humildad
debe ser una virtud, su etimología latina lo indica: humilitas (abajarse),
humus (tierra). Es la virtud que modera
el afán de la propia excelencia, nos permite saber quiénes somos en verdad.
La Sagrada Biblia enseña: de la humildad,
penden también la grandeza y la sabiduría, “cuando viene la soberbia, viene
también la deshonra, con los humildes siempre está la sabiduría” (Proverbios
11, 2). Según santa Teresa de Ávila, la
humildad es la verdad. El humilde ve las cosas como son, lo bueno como bueno,
lo malo como malo.
El
Papa Francisco propone la humildad como parte de las enseñanzas más
revolucionarias del Evangelio. Dice la Escritura: ““No hagan nada por
egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como
superiores a ustedes mismos” (Filipenses 2, 3-8).
La autoridad y el poder de
Jesús radican en “la humildad”, “la mansedumbre, la cercanía, la capacidad de
compasión y la ternura” El humilde se sabe comunicar con Dios. (cfr. Homilía,
18 de septiembre 2018).
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https://youtu.be/fzaet6O-Cx4
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