UN BUEN MISIONERO
GUARDA UNA ESTRECHA RELACIÓN CON DIOS
Evangelio miércoles 19 de julio 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús exclamó: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más
que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se
lo quiera revelar" Mateo 11, 25-27.
El fundamento para descubrir dónde está la
clave para un buen discipulado, está en el ejemplo relacional. Dios Padre
guarda una profunda relación con Dios Hijo. Cuando existe una excelente
comunicación con Dios, un hombre o una mujer se convierten en estupendos
misioneros de Dios en el mundo.
La calidad de una vida espiritual, la
proyección de una persona de fe equilibrada en la sociedad, la grandeza de
corazón en un discípulo es el efecto de que esa persona guarda una cultivada
relación con Dios, conoce muy bien los caminos de Dios, la guía más el espíritu
de Dios que su propia inteligencia y saber humano.
Toda la historia de la salvación descrita
por la Sagrada Biblia, demuestra una obra perfecta, gracias a la relación ente
el Padre, el Hijo y el Espíritu de Dios. Los tres funcionan de una manera
consonántica. El Padre sabe perfectamente lo que debe hacer. El Hijo conoce lo
que desea su Padre, continúa la obra y respeta mucho los caminos de su Padre.
Ese es el punto que Dios quiere que la humanidad comprenda.
Es allí donde está el secreto de la
misión: Personas que continúen la obra de Dios en el mundo y que a la vez sean
humildes y sencillas de corazón.
El éxito de la obra de Jesucristo, está en
que respetó perfectamente la misión que su Padre le encomendó. Por ejemplo:
“Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo dejo el mundo y regreso al
Padre.” (Juan 16, 28). “He descendido del cielo no para hacer mi voluntad, sino
la voluntad del que me envió.” (Juan 6, 38).
“El Hijo no puede hacer nada por su
cuenta, sino lo que ve hacer al Padre.” (Juan 5, 19). “Nadie puede venir a mí,
si no lo trae al Padre que me envió.” (Juan 6, 44). “Yo guardo los mandamientos
de mi Padre y permanezco en su amor.” (Juan 15, 10).
El Papa Francisco enseña que, si no es con el Espíritu Santo, no existe
una verdadera relación con el Padre Celestial y con su Hijo Jesucristo. El
Espíritu abre nuestro corazón a la presencia de Dios. (cfr. Audiencia, 17 de
marzo, 2021).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/4QKZe9nvgbg
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