Padre, Jairo Yate Ramírez
Arquidiócesis de Ibagué.
Afirma la Palabra de Dios:
«Los fariseos y los escribas empezaron a criticar Jesús. Decían: «Este hombre
acepta a los pecadores y hasta come con ellos.» Jesús les dijo esta parábola:
«Un hombre tema dos hijos.
El menor de ellos le dijo a su padre: Padre, dame la
parte de la herencia que me toca.' Él les repartió los bienes. Pocos días
después, el hijo menor juntó todo lo que tema y se fue a un país lejano, donde
derrochó todos sus bienes, llevando una vida de libertinaje. °°° recapacitó y
dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan de sobra, y yo aquí me estoy
muriendo de hambre! Voy a volver a donde mi padre y le digo: Padre, pequé
contra Dios y contra ti. Ya no merezco que me llames hijo tuyo.” °°° Lucas 15,
1-3. 11-32.
La vida del Maestro nos muestra el corazón de Dios; el cual se alegra y goza con el perdón de la humanidad. Busca lo que está perdido, prefiere a aquellos que son despreciados, fortalece a quienes se encuentran débiles, su mirada está siempre centrada en el dolor, el sufrimiento, el perdón etc. La misericordia y la bondad de Dios, son los latidos de su corazón.
Perdonar al que se equivoca, es
mejor que condenarlos a todos. Buscar a quien se encuentra alejado es
preferible a que todos se pierdan en el pecado. Preferir el Reino de Dios al
reinado de los hombres, es beneficioso
para la paz social. Es más fácil perdonar y acoger, que vivir toda una historia
en el rencor y la venganza. Es más oportuno tolerar y olvidar que estar
recordando permanentemente los malos momentos. Es salud del alma y del cuerpo
vivir según el espíritu de Dios y no según la cizaña de quienes están lejos del
campo de Señor.
El
Papa Francisco afirma que: “La misericordia no es una de las cualidades de
Dios, es el latido mismo de su corazón. La misericordia de Dios va más allá de
la ley, no humilla ni maltrata, es una caricia sobre las heridas de nuestros
pecados. La misericordia divina es una
gran luz de amor y de ternura, es la caricia de Dios sobre las heridas de
nuestros pecados.” (Carta apostólica, misericordia et misera, año 2016). Cuida
tu salud: El desprecio y la crítica no están el programa de Dios.