21 de marzo de 2022

PERDONAR ES OLVIDAR. Evangelio Martes 22 de Marzo 2022


PERDONAR ES OLVIDAR
Evangelio. martes 22 de marzo 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. 
Arquidiócesis de Ibagué
Toda ofensa debe ser reparada, superada y subsanada. Dice la Sagrada Escritura: “Pedro se acercó entonces y le dijo: «Señor, ¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.» «Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré." (Mateo 18, 21-35). 
 
            De algo que uno debe estar muy agradecido en la vida, es que exista el perdón, sin él nuestra vida sería desastrosa, las esperanzas, no tendrían sentido, el mérito del sacrificio y el trabajo, no encontrarían rumbo en este caminar. El perdón es una gracia y una excelente bondad de Dios, que al mismo tiempo cualifica a una persona cuando se acostumbrar a perdonar mas no a condenar a sus semejantes.  La Sagrada Escritura propone un estilo perfecto de vida: Quien cree demuestra su amor a Dios, en la manera como trata a los demás: “Sopórtense los unos a los otros, y perdónense siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. Como el Señor los perdonó, hagan ustedes lo mismo con los demás y por encima de todo esto, revístanse del amor, que crea la unidad perfecta.” (Colosenses 3, 12-21).
 
            El Papa emérito, Benedicto XVI invita a reflexionar acerca de lo que implica el perdón. “La ofensa es una realidad, una fuerza objetiva que ha causado una destrucción que se ha de remediar. Por eso el perdón debe ser algo más que ignorar, que tratar de olvidar. La ofensa tiene que ser subsanada, reparada y, así, superada. El perdón cuesta algo, ante todo al que perdona: tiene que superar en su interior el daño recibido, debe como cauterizarlo dentro de sí.” (Jesús de Nazaret I La Esfera de los libros, Madrid: 2007, p. 195.).