7 de mayo de 2022

QUIEN ES PASTOR, NECESARIAMENTE ES UN VIRTUOSO. Evangelio Domingo 8 de mayo 2022


QUIEN ES PASTOR, NECESARIAMENTE ES UN VIRTUOSO
Evangelio Domingo 8 de mayo 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús: mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»  (Juan 10, 27-30). 
El título divino que más toca el corazón de un creyente es: “Cristo es el buen Pastor.” (Juan 10,11).  Una persona que significa mucho, que interesa tanto, que llama la atención, que llega a todos por razón de su propio ser. El que habla con autoridad, el que tiene palabras de vida eterna.  El que escucha a sus ovejas, el que las conoce, el que les da vida. Todo sacerdote consagrado se convierte en ese buen pastor, en comunión con sus ovejas. El sacerdote asume el martirio y la cruz del Señor, en aras de su ministerio: Llevar hombres y mujeres hacia Dios.
 
Un buen pastor debe tener el poder y la autoridad que posee su Maestro de Nazareth. Así lo enseña el Papa Francisco: Debe gozar de la humildad, la mansedumbre, la cercanía, la capacidad de compasión, y una excelente dosis de ternura. El corazón del Buen Pastor nos dice que su amor no tiene límites, no se cansa y nunca se da por vencido.  El buen pastor escucha al rebaño, conduce al rebaño, cura al rebaño. Y la grey sabe distinguir entre los pastores, no se equivoca: el rebaño confía en el buen Pastor, confía en Jesús. Sólo el pastor que se parece a Jesús da confianza al rebaño, porque Él es la puerta. El estilo de Jesús debe ser el estilo del pastor, no hay otro. (Homilía, casa santa Marta, 3 de mayo 2020).
 
Jesucristo fijó su mirada en unos campesinos pescadores, y depositó en ellos su confianza de ser pastores, profetas y liturgos de su Reino. Los fue educando, los organizó, les enseñó a vivir en comunidad, compartió con ellos su Cena, y les dijo: Vayan por todas partes anunciando mi Palabra °°° Que no se pierda ninguna persona, que Dios te haya encomendado. “El pastor ama, pastorea y se prepara para la cruz, para que lo desnuden: y no mete la nariz en la vida de los otros, no pierde el tiempo en los acordes eclesiásticos. Ama, pastorea y se prepara para no caer en la tentación”. (Papa Francisco). 
 
Monseñor, Flavio Calle Zapata, Arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Ibagué, en Colombia, hablando del buen pastor, recomendaba: “Un buen pastor asume la condición de profeta, alimentándose de la Palabra de Dios y dándola con generosidad y sabiduría a los fieles. Un buen pastor se preocupa por la recepción de la Eucaristía con el alma limpia, como morada digna para el Pan de vida eterna. Un buen pastor, abre el espacio a la oración y el culto divino en donde encuentra las energías que sostienen la vida sacerdotal. Un buen pastor, entiende el amor a sus  fieles como corderos y ovejas que el Señor le encomienda en su camino hacia la salvación. Un buen pastor está en permanente servicio misionero, conserva el gusto por las cosas de Dios. Un buen pastor sabe darle importancia a cada cosa, encuentra la diferencia entre lo relativo y lo esencial para Dios.