SIN LA PRESENCIA DE DIOS NO PODEMOS HACER NADA Evangelio Miércoles 18 de Mayo 2022
SIN
LA PRESENCIA DE DIOS, NO PODEMOS HACER NADA
Evangelio
Miércoles 18 de mayo 2022 Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué “En
la última Cena, dijo Jesús a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid, y mi
Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a
todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios
por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el
sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí.” °°° (Juan 15, 1-8).De acuerdo al pensamiento y el
querer de Dios: ¿Por qué razón se le puede premiar, destacar, exaltar a una
persona?La respuesta la da Jesús
Nazareth, seremos juzgados por los frutos que demos. “No hay árbol bueno
que de fruto malo; cada árbol se conoce por su fruto” (Lucas 6, 43-44). Desde
el punto de vista de la creación, Dios ha dotado a cada persona de cualidades,
de talentos, virtudes etc. Cada creyente debe dar resultados a su creador.
En términos precisos: Los resultados permitirán conocer el uso correcto de las
cualidades de cada persona. Aprendemos la excelente consigna de Dios: “Nadie
podrá dar excelentes resultados de su vida de fe, si no está unido y guiado por
el mismo Espíritu de Dios.” Con la alegoría de la Vid, el Hijo
de Dios enseña verdades fundamentales: Aclara cuál es nuestra relación con
Él; no es simplemente la de Maestro a discípulo, ni la de un líder con sus
seguidores, ni la de un superior con sus subordinados; la relación nuestra
con Jesús es vital, como la del sarmiento con la vid. Ambos comparten la
misma vida. Lo que más nos une profundamente al Maestro es la Gracia que
él mismo nos transmite a través del Espíritu Santo. La dificultad aparece
cuando el resultado o los frutos no son los que Dios esperaba de cada uno de
nosotros: “Yo esperaba que diese uvas. ¿Por qué ha dado agraces?” (Isaías 5,
4). Los efectos presentan la razón de la causa: La misión se va
debilitando, la fe se va empobreciendo. Nos volvemos mediocres. El Papa Francisco habla del:
“permanecer recíproco entre la Vid y los sarmientos”. Es verdad, la vida
cristiana es cumplir los mandamientos (cfr. Éxodo 20,1-11), y esto debe
hacerse. La vida cristiana es ir por el camino de las bienaventuranzas (cfr. Mateo
5,1-13), y esto debe hacerse. La vida cristiana es llevar a cabo las obras de
misericordia, como el Señor nos enseña en el Evangelio (cfr. Mateo 25,35-36), y
esto debe hacerse. Pero es también más: es esta permanencia recíproca. Sin
Jesús no podemos hacer nada, como los sarmientos sin la vid. (Homilía, 13
de mayo 2020).