1 de mayo de 2022

JESUCRISTO ES EL ALIMENTO QUE PERDURA Evangelio Lunes 2 de Mayo 2022

JESUCRISTO ES EL ALIMENTO QUE PERDURA    
Evangelio Lunes 2 de mayo 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
°°° “Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿Cuándo has llegado aquí?» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna.” °°° Juan 6, 22-29).
Los bienes salvíficos que ofrece Jesús se condensan en el término Vida. Jesús se presenta como el Señor de la vida, como el Pan de vida, como el alimento que perdura, como el Pan de vida eterna. Descubrimos a Jesús en el ambiente de la vida con un acento importante “La salvación”. La misma salvación hace referencia directamente a la vida. No se entiende la vida sin un preámbulo de salvación. Pensemos que el Pan, no es exclusivo de ser un alimento que sacia el hambre material de hombres y mujeres, sino que es el alimento básico que remedia una necesidad vital del hombre. 
 
El Papa emérito Benedicto XVI detiene su pensamiento en la solemne frase: “Este es el misterio de la fe”. Quien preside la Eucaristía, manifiesta su admiración ante la conversión sustancial del pan y el vino en el cuerpo y la sangre del Señor Jesús, una realidad que supera toda comprensión humana. En efecto, la Eucaristía es “misterio de la fe” por excelencia: "es el compendio y la suma de nuestra fe". La fe de la Iglesia es esencialmente fe eucarística y se alimenta de modo particular en la mesa de la Eucaristía.
 
            El Sacramento del altar está siempre en el centro de la vida eclesial; "gracias a la Eucaristía, la Iglesia renace siempre de nuevo". Cuanto más viva es la fe eucarística en el Pueblo de Dios, tanto más profunda es su participación en la vida eclesial a través de la adhesión consciente a la misión que Cristo ha confiado a sus discípulos. (Exhortación apostólica Sacramentum Caritatis, n. 6.).  El Papa Francisco recomienda: “Vivir la experiencia de la fe significa dejarse alimentar por el Señor y construir la propia existencia no sobre los bienes materiales, sino sobre la realidad que no perece: los dones de Dios, su Palabra y su Cuerpo.” (Homilía 22 de septiembre, 2015).   
 
Monseñor Enrique Díaz, obispo en México nos enseña la verdadera relación que debemos tener con el hijo de Dios: “No podemos seguir a un Jesús milagrero, sino a este Jesús que nos ama, que nos acepta como somos y que nos devuelve nuestra dignidad de personas para que seamos sujetos que construyen un mundo nuevo. Seremos responsables de hacer una nueva humanidad, siempre en su compañía y claro que, con su presencia y su fuerza, pero no sin nuestra participación. Nuestra oración no es para obligar a Dios a que nos haga nuestros gustos, sino para ponernos en su presencia y que nosotros podamos hacer su voluntad.”