9 de mayo de 2022

LAS OBRAS DAN TESTIMONIO DEL SER DE CADA PERSONA. Evangelio Martes 10 de mayo 2022


LAS OBRAS DAN TESTIMONIO DEL SER DE CADA PERSONA
Evangelio Martes 10 de mayo 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo y era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.» Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.” °°° Juan 10, 22-30.El Hijo de Dios enseña lo que dice la Sagrada Escritura sobre el Mesías. (cfr. Lucas 24, 27). La pregunta sería, ¿por qué siguen cantidad de personas obstinadas y cerradas a esa gran noticia del Mesías? (cfr. Lucas 14, 16. 31). Se supone que entre los planes de Dios, estaba previsto, liberar a Israel y a la humanidad oprimida.  El curso de la historia ha dejado claro que: Jesús, Palabra eterna del Padre (cfr. Juan 1,1-2), «empezando por Moisés y siguiendo por los todos los profetas» (Lucas 24,27), abre el sentido de la Escritura para que comprendamos y aceptemos (cfr. Lucas 14,25) que lo prometido en la Palabra por Dios se ha cumplido en Jesús de Nazaret. En este encuentro, la palabra es mediación de comunicación, pues, por un lado, expresa la desilusión humana (palabra del hombre) y -por otro- revela el misterio de la redención divina (palabra de Dios).  Así lo explica el hermeneuta bíblico.  
            El profeta Zacarías describe perfectamente la misión del Hijo de Dios como Mesías, como salvador del mundo. Así lo explica el Papa emérito Benedicto XVI: afirma el profeta en ese capítulo noveno: "El destruirá los carros de Efraím y los caballos de Jerusalén; romperá el arco de combate, y él proclamará la paz a las naciones. Su dominio irá de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra" (Zacarías 9, 10). Así afirma el profeta tres cosas sobre el futuro rey.
 
En primer lugar, dice que será rey de los pobres, pobre entre los pobres y para los pobres. La pobreza, en este caso, se entiende en el sentido de los anawin de Israel, de las almas creyentes y humildes que encontramos en torno a Jesús, en la perspectiva de la primera bienaventuranza del Sermón de la montaña.  En segundo lugar, el profeta nos muestra que este rey será un rey de paz; hará desaparecer los carros de guerra y los caballos de batalla, romperá los arcos y anunciará la paz. La tercera afirmación del profeta es el anuncio de la universalidad. Zacarías dice que el reino del rey de la paz se extiende "de mar a mar (...) hasta los confines de la tierra". La antigua promesa de la tierra, hecha a Abraham y a los Padres, se sustituye aquí con una nueva visión:  el espacio del rey mesiánico ya no es un país determinado, que luego se separaría de los demás y, por tanto, se pondría inevitablemente contra los otros países. (Homilía, 9 de abril 2006). 

El testimonio de vida es, ha sido y será base fundamental en el proceso de la educación, de la evangelización, de la vida de la Iglesia Católica.  Las palabras se quedan cortas ante el sistema de vida de alguien. La manera como Jesús enseña es con –Autoridad- ese es el gran secreto de su pedagogía.  Pueden existir muchas maneras de enseñar, hay personas que se destacan por su sabiduría, por su capacidad de asimilación del mensaje, por su creatividad en el exponer, por la rigurosidad en sus fuentes de memoria, por su tono, por su estilo, por su convencimiento etc.  Jesucristo realiza dos actividades a la vez: Enseña y lo hace con autoridad. 
            El testimonio ha corrido como fuente y principio en la historia de la salvación, según la Sagrada Escritura. Los profetas y patriarcas dieron testimonio de Dios en el mundo. Jesucristo da testimonio de su ser y su misión en el mundo: “Yo para eso nací y para eso vine al mundo, para dar testimonio de la verdad.” (Juan 18,37). Juan el Bautista da testimonio del Nazareno diciendo que El es el hijo de Dios. (cfr. Juan 1,34). La mujer samaritana da testimonio de la experiencia que ha tenido con Jesús de Nazareth. (cfr. Juan 4, 28). Jesucristo reafirma su testimonio con las obras y con las apariciones después de resucitado.