Evangelio domingo 24 de diciembre
2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Ella se
conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El
ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas
a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre
Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará
el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reino no tendrá fin». °°° Lucas 1, 26-38.
El
misterio de la Anunciación prácticamente definió la realidad nueva que tendría
que vivir el mundo creado por Dios. La vida cambia en consonancia con la
experiencia que se trae a lo largo del tiempo. Los anuncios fueron muy
frecuentes en la historia de la salvación. Dios utilizó este medio para
preparar y disponer el corazón y la mente de hombres y mujeres para que
pudiesen comprender la vida que Él mismo estaba ofreciendo.
La
Anunciación recuerda el día en que el Arcángel Gabriel se apareció a María y le
reveló la voluntad de Dios de que ella se convertiría en la Madre del Hijo de
Dios. En ese momento, el "Verbo se hizo Carne y habitó entre
nosotros" (Juan 1, 14). El nacimiento de Jesucristo le cambia el rumbo a
la historia. Un mensajero de Dios le indica a la humanidad cuáles son las
cualidades y la misión del que va a nacer: Será grande y se llamará Hijo del
altísimo. Dios le dará el trono de David su padre. Reinará para siempre. Su
reino no tendrá fin. (Lucas 1, 32-33).
El
numeral 484 del Catecismo de Nuestra Iglesia Católica nos permite decir con
certeza que la Anunciación inaugura la plenitud de los tiempos, el
cumplimiento de las promesas. El Hijo único del Padre, concebido como hombre en
el seno de la Virgen María, es "Cristo", es decir, ungido por el
Espíritu Santo, desde el comienzo de su existencia. Jesús vino a ofrecer
liberación a los cautivos. (Lucas 4, 18).
El
Papa Francisco nos recuerda que: el nacimiento de Jesús es un evento universal
que afecta a todos los hombres. Solo la humildad es el camino que nos conduce a
Dios y, al mismo
tiempo, precisamente porque nos conduce a Él, nos lleva también a lo esencial
de la vida, a su significado más verdadero, al motivo más fiable por el que la
vida vale la pena ser vivida. Es necesario ser humildes para entendernos a
nosotros mismos, mucho más para entender a Dios. (cfr. Audiencia, 22 de
diciembre, 2021).
EN EL AÑO DEL HIJO JESUCRISTO:
Existen 5 momentos esenciales que describen a Jesucristo como el Maestro
del anuncio: La alegría. La liberación. La luz. La sanación. Proclamar un año
de gracia del Señor. Ubiquémonos en la alegría, el gozo. Buena nueva: no se
puede hablar de Jesús sin alegría, porque la fe es una maravillosa historia de
amor que hay que compartir. Un cristiano triste puede hablar de cosas bellas,
pero todo es en vano si el anuncio que transmite no es alegre. "un cristiano triste es un triste cristiano":
no lo olvides.
Pensemos
en la liberación: Jesús vino a ofrecer liberación a los cautivos. (Lucas 4,
18). Esto significa que el que anuncia a Dios no puede hacer proselitismo, no,
no puede presionar a los demás, sino aliviarlos: no imponer cargas, sino
aliviar de ellas; traer paz, no traer culpa. (cfr. Audiencia, 25 de enero,
2023).
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