Evangelio sábado 23 de diciembre
2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Se le
cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y
parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con
ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían
ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra,
dijo:
«No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay
nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre
cómo quería que se le llamase. El pidió una tablilla y escribió: «Juan es su
nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y
hablaba bendiciendo a Dios.” Lucas 1, 57-66
Dios
siempre cumple sus promesas. Con el nacimiento de Juan el Bautista se cumple la
profecía del Ángel Gabriel a Zacarías. A lo largo de la historia de la
salvación, existe un denominador común en el ser y la bondad de Dios. “cumplir
las promesas”. Quienes empezaron a tener una experiencia de Dios, fueron
descubriendo en Él que es un Dios fiel, verdadero, lleno de bondad y amor,
nunca falla, siempre cumple lo que promete. Por ejemplo: Dios liberó a Israel
de la esclavitud de Egipto. (cfr. Éxodo 12, 1-15).
Moisés libera a los israelitas de la
esclavitud, en nombre de Dios. (cfr. Éxodo 5, 1-9). Dios guía a su pueblo a la liberación con una columna de nube y una de
fuego. (cfr. Éxodo 13, 3. 21-22). Dios
no solo cumple sus promesas, sino que también ofrece vida eterna. (cfr. 1
Juan 5, 11). Dios promete abundancia en las necesidades a todos aquellos que
crean en Él (cfr. Filipenses 4, 19).
Dios
promete descanso y alivio para todos los que se sientan cansados. (cfr. Mateo
11, 28). Dios cumple su promesa de bendición para el pueblo de Israel y la
tribu de Judá. (cfr. Jeremías 33, 14-16).
Los
creyentes cuando tienen una buena experiencia de Dios se impactan. La
familia de Juan el Bautista, tiene unas expresiones maravillosas de admiración,
agradecimiento y alabanza para con Dios. Esa es una buena lección para nosotros
como católicos, saber expresar nuestro agradecimiento delante de Dios.
Muchos
judíos que aprendieron a seguir a Jesucristo se admiraban de su ser, de su
personalidad, de sus milagros, de su misma predicación. (cfr. Marcos 6, 2). Se
admiraban de su enseñanza, de su autoridad. (cfr. Marcos 1, 22). Se
maravillaban de sus conocimientos. (cfr. Juan 7, 15). El Papa Francisco nos recuerda que Isabel y Zacarías experimentan que
«nada es imposible para Dios» (Lucas 1, 37).
Todo el
evento del nacimiento de Juan Bautista está rodeado por un alegre sentido de
asombro, de sorpresa, de gratitud. Asombro, sorpresa, gratitud. La gente fue
invadida por un santo temor a Dios «y en toda la montaña de Judea se comentaban
todas estas cosas». (cfr. Ángelus, 24 de junio, 2018).
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