4 de diciembre de 2023

LA GRANDEZA DE SER DISCÍPULO Evangelio martes 5 de diciembre 2023


LA GRANDEZA DE SER DISCÍPULO 

Evangelio martes 5 de diciembre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Al regresar los setenta y dos discípulos de su misión, Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. °°° Lucas 10, 21-24.
 
            La grandeza de ser discípulo. Pueden ser muchos los motivos por los cuales un hombre o una mujer se sientan felices por ser discípulos misioneros del Maestro de Nazareth. Jesucristo aprovecha un momento especial de la misión, algo así el cómo vivir sanamente los éxitos de la misión.
 
Los discípulos del Nazareno están muy contentos por las victorias que han logrado gracias a los dones y talentos que Dios regala a cada persona. Por ejemplo: Tiene el poder contra el mal. Sanan enfermos. Perdonan pecados. Enfrentan conflictos. Dominan serpientes y escorpiones. ¿Dónde está el detalle?
 
El poder que no tiene como base la caridad y el servicio, se convierte en una trampa para un discípulo. El Ungido de Dios tiene la solución: “Da gracias a su Padre para que la humanidad entienda que los servidores de Dios, son los pequeños y los humildes”. (Lucas 10, 21-22).  El punto no está en los poderes, en la sabiduría, en la inteligencia de un discípulo, sino en algo más grande: “El nombre de cada hombre o mujer, está inscrito en el cielo” (Lucas 10,20).
 
            La buena carta de presentación de un discípulo es la de una persona virtuosa.  Dios quiere creyentes humildes y sencillos. Creyentes que guarden la coherencia entre lo que anuncian y lo que vivan. Creyentes que usen sus poderes para servir a la humanidad. En la humidad y sencillez de corazón se aquilatan las almas de Dios.
 
El apóstol san Pablo enseñando el valor de la humildad recomienda: “No hagan cosa alguna por espíritu de rivalidad o de vanagloria; sean humildes y tengan a los demás por superiores a ustedes." (Filipenses 2,3).
 
            El Papa Francisco enseña que la humildad hace parte de las grandes enseñanzas del Evangelio. Jesús encarnó la compasión y dos rasgos que acompañan su humildad: la mansedumbre y la ternura. Si no hay humillación, no hay verdadera humildad.
La humildad de Jesús, es lo que le da autoridad, lo acerca a las personas. Él tocaba a la gente, abrazaba a la gente, miraba a la gente a los ojos, escuchaba a la gente. Cercano. Y esto le daba autoridad. (cfr. Homilía, 18 de septiembre, 2018).
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https://youtu.be/P0ASQA1DXQk