16 de abril de 2024

DESCUBRIMOS EN JESÚS DE NAZARETH AL MISMO DIOS Evangelio miércoles 17 de abril 2024


DESCUBRIMOS EN JESÚS DE NAZARETH AL MISMO DIOS        
Evangelio miércoles 17 de abril 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a la gente: Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
 
Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.” Juan 6, 35-40.
 
            A medida que vamos teniendo la experiencia de las Palabras, los signos, la sabiduría, el poder sobre el mal, descubrimos en Jesús de Nazareth al mismo Dios. Su identidad es perfecta con el Padre celestial. Si el Padre Dios, revela a Moisés en el monte Horeb, diciéndole, “Yo soy el que soy” (Éxodo 3, 14). El Hijo de ese Padre celestial se manifiesta diciendo: “Yo soy el Pan de vida. Yo soy la luz. Yo soy el buen Pastor. Yo soy el camino. Yo soy la vid”.
 
            El que es, guarda en sí mismo una misión. Sostener la humanidad con su mismo cuerpo y su misma sangre. La Eucaristía será el alimento preferido de todos aquellos que deseen vivir según en Nuevo Reino de Dios. La misma unidad con el Hijo de Dios, dará la gracia de la vida eterna. El nuevo estilo de vida que adquiere cada creyente es una relación profunda de amor a Dios y a vivir según el Espíritu y la Palabra de ese mismo Dios.
 
            La Escritura define muy bien, quién es Jesucristo. Quien conoce la definición y la cree, fácilmente se identifica con Él y sigue los caminos de Dios. Por ejemplo: Jesucristo es el Hijo de Dios. (Juan 1, 12); Es la piedra viva. (1 Pedro 2, 5); Es nuestra vida. (2 Corintios 5, 17); Es el Emmanuel (Mateo 1, 23). Es el logos (Juan 1, 1); Es el Hijo de David (Mateo 1, 1). Es el cordero de Dios (Juan 1, 29); Es el profeta de Nazareth en Galilea (Mateo 21, 9-11).
 
            Quienes somos bautizados y creemos en Cristo guardamos una identidad con Él. El apóstol san Pablo enseña que todos somos uno en la persona de Cristo Jesús. Es decir, ya no hay diferencia entre las personas, ni tampoco discriminar a los demás. Quienes creen en Dios son hermanos entre sí. (cfr. Gálatas 3, 28-29).
 
El Papa Francisco nos enseña que: El carné de identidad del cristiano debe coincidir en todo y para todo con el de Jesús. Y es la cruz lo que nos une y nos salva. Porque «si cada uno de nosotros no está dispuesto a morir con Jesús, para resucitar con Él, todavía no tiene una verdadera identidad cristiana». (cfr. Homilía, 26 de septiembre, 2014).
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