Evangelio viernes 5 de abril 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Ellos le
respondieron: “Vamos también nosotros”. Salieron y subieron a la barca. Pero
esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los
discípulos no sabían que era Él. Jesús les dijo: “Muchachos, ¿tienen algo para
comer?” Ellos respondieron: “No”.
Él les dijo: “Tiren la red a la
derecha de la barca y encontrarán”. Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces
que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es
el Señor!” Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era
lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en
la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien
metros de la orilla.” °°° Juan 21, 1-14.
Las
apariciones del Maestro después de su resurrección, pretenden seguir
fortaleciendo la fe de sus discípulos. Corroborando que todo lo que habían
aprendido de Él, todo es cierto. En la tercera aparición del Nazareno, deja una
buena enseñanza a sus discípulos: Las
cosas no se deben hacer a nuestra manera, sino según el pensamiento de Dios,
según la fe en un Cristo resucitado.
La fe más
en Dios y menos en nuestras propias potencialidades. Dice el Evangelista: “Tiren
la red a la derecha de la barca y encontrarán”. Con esa pesca milagrosa, les
cambió la mentalidad a sus discípulos.
El
Papa Benedicto XVI enseña que nuestra Fe va en la línea de un Cristo
resucitado. Es el resultado de un encuentro con Cristo resucitado. Jesús ha
resucitado y vive para siempre. Esta es la misión de los discípulos del Señor
de todas las épocas y también de nuestro tiempo: "Si habéis resucitado con
Cristo —exhorta san Pablo—, buscad las cosas de arriba (...) Aspirad a las
cosas de arriba, no a las de la tierra" (Colosenses 3, 1-2). (cfr.
Audiencia, 19 de abril, 2006).
La
experiencia con Jesús resucitado deja varias enseñanzas que serán definitivas
para organizar el ser y el quehacer de la Iglesia. Sin esas directrices
estaremos hablando de otro modelo de Iglesia y no del modelo que el Maestro
dejó. Dice el hermeneuta bíblico: Lo primero es pensar en el estilo de vida que
deben llevar los seguidores del Maestro.
Es decir,
aprendemos a ser apóstoles, pero guiados directamente por la Palabra del Señor.
En otras palabras, hacer lo que diga el Maestro. Otra idea es, no existe la
posibilidad de ser discípulo aislado de los demás. La comunidad es un
imperativo categórico para formar Iglesia y cumplir con la misión. Por último,
los discípulos comprenden que su Maestro estará con ellos hasta el final.
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