Evangelio domingo 14 de abril
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Los
discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había
pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Todavía
estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo:
“La paz esté con ustedes”. Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu,
pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas
dudas?
Miren mis manos y mis pies, soy yo
mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo
tengo”. Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y
la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les
preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?” °°° Lucas 24, 35-48.
El
salvador del mundo con sus palabras, gestos y actitudes, pide a todos sus
seguidores que vivan su fe como misioneros del resucitado. Es muy elocuente
el gesto del Maestro cuando invita a sus discípulos a tener una experiencia con
el que resucitó y no con el que ellos tenían en mente que había muerto.
Jesucristo está vivo, resucitó, presente en medio de sus seguidores y les pide
que lo toquen, que encuentren la diferencia entre una fe muerta y decaída ante
una expresión de fe en alguien que dice “¿Tienen algo de comer?”
La
Escritura nos enseña que: La fe en la resurrección descansa en la fe en Dios
que "no es un Dios de muertos sino de vivos" (Marcos 12, 27). Jesús liga la fe en la resurrección a la fe
en su propia persona: "Yo soy la resurrección y la vida" (Juan
11, 25). Es el mismo Jesús el que resucitará en el último día a quienes hayan
creído en Él (cfr. Juan 5, 24-25; 6, 40) y hayan comido su cuerpo y bebido su
sangre (cfr. Juan 6, 54). En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de
la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos (cfr. Marcos 5, 21-42).
Ser
testigo de Cristo es ser "testigo de su Resurrección" (Hechos 1, 22),
"haber comido y bebido con él después de su Resurrección de entre los
muertos" (Hechos 10, 41). La esperanza cristiana en la resurrección está
totalmente marcada por los encuentros con Cristo resucitado. Nosotros
resucitaremos como Él, con Él, por Él. (cfr. Catecismo Iglesia Católica,
993-995).
El
Papa Benedicto XVI nos enseña que una fe en Cristo resucitado cambia la vida,
libera del miedo y da esperanza. así como los 11 discípulos en el Cenáculo
y los peregrinos de Emaús, "también el Resucitado entra en nuestra casa y
en nuestro corazón, aunque en ocasiones las puertas estén cerradas. Entra
ofreciendo alegría y paz, vida y esperanza, dones que necesitamos para nuestro
renacer humano y espiritual. (cfr. Homilía, 11 de abril, 2012).
EN EL AÑO
DEL HIJO JESUCRISTO
Jesús se
muestra como nuestro modelo (cfr. Romanos 15,5; Filipenses 2, 5): él es el
"hombre perfecto" (GS 38) que nos invita a ser sus discípulos y a
seguirle: con su anonadamiento, nos ha dado un ejemplo que imitar (cfr. Juan
13, 15); con su oración atrae a la oración (cfr. Lucas 11, 1). (Catecismo #
520).
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