23 de abril de 2024

EL ENVIADO PROLONGA LA PALABRA DE SU MAESTRO Evangelio miércoles 24 de abril 2024


EL ENVIADO PROLONGA LA PALABRA DE SU MAESTRO             
Evangelio miércoles 24 de abril 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús exclamó: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, soy la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.
 
El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí.” Juan 12, 44-50.
 
            Jesucristo le plantea a la humanidad dos caminos: Los que deseen seguir los pasos del Hijo de Dios. Los que rechacen su proyecto, dice el Maestro: Ya tienen quién los juzgue.  A medida que vamos conociendo la Palabra de Jesucristo, su proyecto, su misión, vamos madurando en el seguimiento de su obra. Debemos entender que el ritmo de la misión, va mostrando los momentos difíciles y los espacios agradables de ser mensajeros de Dios en el mundo.
 
            La persona que es enviada por Dios a cumplir una misión en nombre de Él, prolonga necesariamente la Palabra de su Maestro. Un discípulo de Cristo es una persona que debe tener conciencia de su propio ser, no es algo que se le puede ocurrir al azar, sino que la “persona madura constantemente en el conocimiento, amor y seguimiento de Jesús Maestro, profundiza en el ministerio de su persona, de su ejemplo y de su doctrina.
 
            Para este paso es de fundamental importancia, la catequesis permanente y la vida sacramental, que fortalecen la formación inicial y permiten que los discípulos misioneros puedan perseverar en la vida cristiana y en la misión en medio del mundo que los desafía.” Muchos lo han logrado: Por ejemplo: “Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cfr. Génesis 12, 1-3), Moisés escuchó el llamado de Dios, ve, yo te envío (Éxodo 3, 10), Jeremías escuchó la voz de Dios que le decía: “Irás adonde quiera que te envíe”. (Jeremías 1, 7).
 
            El Papa Francisco recomienda que cada cristiano y cada bautizado discierna cuál es el camino que el Señor le pide: “Todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (Evangelii Gaudium 20). Quien plantea las reglas de juego es el mismo Hijo de Dios.
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