Evangelio viernes 12 de abril
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús
atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades. Lo seguía una gran multitud, al
ver los signos que hacía sanando a los enfermos. Jesús subió a la montaña y se
sentó allí con sus discípulos. Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos. Al
levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a Él y dijo a Felipe: “¿Dónde compraremos pan
para darles de comer?”
Él decía
esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer. Felipe le
respondió: “Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un
pedazo de pan”. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le
dijo: “Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué
es esto para tanta gente?” Jesús le respondió: “Háganlos sentar”.” °°° Juan 6,
1-15.
A
Jesucristo lo reconocemos como el Pan vivo bajado del cielo. Causa un buen
impacto las acciones del Hijo de Dios en favor de la comunidad. El Maestro va
cumpliendo la misión que el Padre celestial le encomendó, pero es muy prudente
para que no quede una imagen populista de lo que realmente es Él. Dios se comunica a través de signos, de pan,
de vino, saciar el hambre, preocuparse por el bien de los demás. A la vez nos
enseña que la misión no puede tomar el camino de la cantidad de personas que
deseen seguir al Maestro, sino propiamente la calidad.
Lo
que pretende el Maestro es que lo sigan a Él, que se comprometan con su misión.
Hay que evitar todo aquello que convierta la misión en un proselitismo. El Papa
Benedicto XVI enseñaba: “La Iglesia no hace proselitismo. Crece mucho más por
"atracción": Como Cristo "atrae a todos a sí" con la fuerza
de su amor, que culminó en el sacrificio de la cruz, así la Iglesia cumple su
misión en la medida en que, asociada a Cristo, realiza su obra conformándose en
espíritu y concretamente con la caridad de su Señor”. (cfr. Homilía, 13 de
mayo, 2007).
Evitar
que los discípulos misioneros se dejan llevar por la tentación de la soberbia.
Dice la Escritura: “Cuando el Maestro se dio cuenta que lo iban a nombrar Rey,
salió del lugar y se alejó” La prudencia
es la mejor virtud para un buen misionero, que se debe alimentar de la
Eucaristía y vivir de acuerdo a la caridad y misericordia propuesta por el
Nazareno.
Si Cristo
es el Pan vivo, la Eucaristía debe ser la fuente donde se alimentan todos los
misioneros y salen a cumplir la tarea que el Maestro les enseñó. El Papa Francisco enseña que la Eucaristía
es el sacramento del amor. "es Cristo que se ofrece por nosotros y nos
pide que hagamos lo mismo, para que nuestra vida se convierta en pan que
alimenta a los hermanos". (cfr. Homilía, 12 de junio, 2023).
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