17 de noviembre de 2022

EL TEMPLO ES LUGAR PROPICIO PARA ALABAR A DIOS Evangelio Viernes 18 de Noviembre 2022


EL TEMPLO ES LUGAR PROPICIO PARA ALABAR A DIOS            
Evangelio Viernes 18 de Noviembre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice el santo Evangelio: “Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”». Todos los días enseñaba en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.” Lucas 19, 45 – 48
 
            Los hermeneutas bíblicos ubican al profeta Malaquías en el año 460 a. C justo en ese tiempo histórico la comunidad judía se había reconstituido y el templo restaurado. El problema es que sigue el pecado tradicional de la indiferencia religiosa, el culto formalista, la moral está en decadencia. Este querido profeta exhorta a corregir las malas costumbres y a disponer la comunidad para la llegada de Dios.
 
Malaquías profetiza precisamente la entrada del Hijo de Dios al templo de Jerusalén: “"Estoy para enviar a mi mensajero, al que despejará el camino delante de mí; pues pronto entrará en su santuario el Señor que ustedes piden. Fíjense que ya llega el mensajero de la Alianza que ustedes tanto desean, dice Yahveh de los ejércitos." (Malaquías 3, 1).
 
El Maestro de Nazareth enseña una religión donde el templo es la casa de Dios, casa de oración, (cfr. Isaías 56, 7), no un centro de mercadería. Su santa Palabra tiene como fundamento el amor. Su deseo es que haya hombres y mujeres que se alimenten de su Palabra y sean mensajeros de la salvación que Él ofrece.  El profeta Jeremías llama la atención a los creyentes en Dios, para que no tomen el templo como un refugio de todos los que hacen mal a los demás. Dice el vaticinador: “"Vienen a presentarse ante mí, en este Templo que lleva mi Nombre, y dicen: «¡Aquí estaremos seguros después de cometer tantas maldades!» (cfr. Jeremías 7, 9-11).
 
El templo es lugar más propicio para alabar a Dios. Así lo vivieron y lo experimentaron los apóstoles cuando su Maestro después de la resurrección los bendijo. Dice la Escritura que ellos regresaron a Jerusalén y estaban continuamente en el templo alabando a Dios. (cfr. Lucas 24, 46-53).  
 
            Nuestra Iglesia católica destaca la importancia del Templo como casa de Dios, como lugar de encuentro, como sitio donde se celebran y se viven en comunidad los sacramentos, como un signo de Dios. Por ejemplo: en la ciudad de Roma se encuentran las basílicas de los apóstoles san Pedro y san Pablo, símbolos de la unidad de la Iglesia. La basílica de san Pedro inició su construcción en el año 323 y la basílica de san Pablo extra muros fue reconstruida por el Papa León XIII y consagrada nuevamente por el Papa Pío IX.
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