UN VIRTUOSO, ES BUEN REPRESENTANTE DE JESUCRISTO Evangelio Martes 29 de Noviembre 2022
UN
VIRTUOSO ES BUEN REPRESENTANTE DE JESUCRISTO Evangelio
Martes 29 de Noviembre 2022 Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué Afirma
el santo Evangelio: “Jesús se llenó de la alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te
doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas
cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre,
porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie
conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y
aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». °°° Lucas 10, 21-24. En la Escuela de Jesús de
Nazareth reinan las virtudes, los valores, la humildad, la sencillez, la
oración. Será bienaventurada aquella persona que aprenda mucho de la
Palabra de su Maestro, que salga a anunciar esa misma Palabra y regrese al seno
de la escuela para madurar y aprender más de su Maestro. No en vano aclara el
Maestro: “Les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que usted ven,
y no lo vieron.” (Lucas 10, 24). Jesucristo plantea la humildad,
la sencillez y la pobreza, como el ambiente donde se aquilatan las almas de
Dios. Quien cree en Dios, quien cultiva su fe, quien educa su fe, quien se
dispone desde la humildad a dejarse guiar por el Espíritu de Dios,
necesariamente sabe la respuesta indicada, en el momento preciso.La humildad, es una virtud que se adquiere
con el convencimiento de que no existe otro camino para ser grande en la vida,
porque el humilde es la persona que siempre recibe de todos, es quien está
dispuesto a cambiar, es quien medita las críticas, acepta los consejos, es el
más virtuoso, continuamente está construyendo su vida. El
humilde encontró a Dios cuando aceptó su mensaje que dice: “Hijo mío, en tus
asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte
pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios. (Eclesiástico
3,19-21.30-31). La oración aquilata la misión de
un discípulo. La verdadera oración engendra conversión y calidad de vida.
Jesús enseña que la oración debe ir acompañada por la calidad de nuestra vida y
en las actitudes del corazón; no se entiende una oración sin una intención, y
en este caso no me estoy refiriendo a la oración de petición, o a la oración de
perdón, o a la oración de repetición. El
Evangelio del Reino proclama la oración del encuentro, la oración de la
contemplación de la grandeza, del amor y de la misericordia de Dios. Lo
primero que nos propicia la oración es el crecimiento espiritual y la santidad
de vida, cuando se piensa en grado de perfección, terminamos cumpliendo lo
bueno y lo que le agrada a Dios; todo gracias a que confiamos en el amor y
cariño paternal del Señor. SI
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