NADIE DEBE SER MOTIVO DE ESCÁNDALO PARA LOS DEMÁS
Evangelio Lunes 7 de Noviembre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Afirma el santo Evangelio: “Jesús dijo a sus discípulos: «Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás.» °°° Lucas 17, 1-6.
Lo primero: Evite siempre ser motivo de
escándalo para otra persona. El apóstol de los gentiles, recomienda a sus
hermanos en Corinto para que no caigan en la tentación del escándalo: “Cuando
comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.
No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de
Dios.” (1 Corintios 10, 31).
El
Hijo de Dios le advierte a la columna de su Iglesia: ““¡Quítate de mi vista,
Satanás! ¡Escándalo eres para mí!” (Mateo 16, 23). Una persona se convierte en
tropiezo, porque no pone la mirada en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres. Lo segundo: El Maestro de los maestros, nos pide corregir con
caridad y prudencia a quien se equivoque. Cuánto nos cuesta, dejarnos
corregir por la misma palabra del Señor. Cuánta humildad nos falta para aceptar
nuestras equivocaciones.
La Escritura es muy sabia cuando advierte que si una
persona se deja corregir, es una nueva alma para Dios. (cfr. Mateo 18, 15-18). Jesucristo
corrige con sabiduría y respeto a sus apóstoles: “El que no está contra
ustedes, está con ustedes”. (cfr. Lucas 9, 46-50).
Lo
tercero: La fe juega un papel definitivo para lograr una buena vida
comunitaria, una vida de Iglesia, una convivencia de hermanos. Razón
suficiente por la cual los apóstoles piden a su Maestro que les aumente su fe. La
misma fe y la presencia de Dios en la vida de una persona, forman una sinfonía
perfecta. El hombre se salva por su fe, el hombre se sana por su fe, el hombre
cambia por su fe, la persona se realiza y se plenifica en su vida porque
tiene fe.
Fe y obras son un binomio
simétrico para entender la salvación que ofrece el Hijo de Dios. (cfr. Santiago
2, 14-26). Un excelente milagro de la fe es que: los ciegos ven, los cojos
andan, los mudos hablan, los sordos oyen (cfr. Lucas 7,22).
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https://youtu.be/IuFm4XfoDyc
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