EL JUICIO FINAL SOLO LE CORRESPONDE A DIOS
Evangelio Viernes 11 de Noviembre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Afirma el santo Evangelio: “Dijo Jesús a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre.” °°° Lucas 17, 26-37.
Haber
tomado una decisión y mirar hacia atrás no lo recomienda Dios, para todos
aquellos que deseen alcanzar la salvación. Dice el libro de la creación:
“Yahveh hizo llover del cielo sobre Sodoma y Gomorra azufre. La mujer de Lot
miró hacia atrás y quedó convertida en una estatua de sal”. (Génesis 19,
24-26).
El apóstol de los gentiles ofrece
unas prácticas y sabias recomendaciones, para que cada evitemos ciertos
comportamientos que no nos permitirán ganar el Reino de Dios. Por ejemplo:
Cuando una persona juzga a los demás y cree que ellos merecen el castigo o
quizás que se va a condenar. La respuesta es que te condenas a ti mismo, porque
cuando tu juzgas a los demás en la práctica te juzgas a ti mismo.
Así
una persona no podrá evitar el juicio de Dios, pues desea la salvación y su
actitud es contraria, cree que puede juzgar la vida de los demás. La bondad
de Dios, es para que entendamos que todos debemos arrepentirnos y evitar una
vida desordenada. Cuando llegue el momento final, Dios juzgará a cada cual,
según lo que haya hecho. Dará vida eterna a quienes encuentre haciendo el bien.
(cfr. Romanos 2, 1-25).
San Cirilo de Jerusalén, Obispo y
doctor de la Iglesia, en una catequesis bautismal, hablaba espectacularmente
sobre la primera y la segunda venida del Reino de Dios. Decía el santo: “La
primera estuvo marcada con el signo de la paciencia, mientras que la segunda
llevará la diadema de la realeza divina. En su primera venida estuvo envuelto
en pañales y acostado en un pesebre; en la segunda «la luz le envuelve como un
manto» (Sal 103,2). En la primera ha soportado la cruz y despreciado la
vergüenza; en la segunda se acercará en gloria escoltado por un ejército de
ángeles.” (Catequesis bautismal 15, 1-3: PG 33, 870-871).
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https://youtu.be/gG0O8Bfdjg0 👆
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