11 de febrero de 2022

DIOS PROPONE UN PLAN DE SALVACIÓN. Evangelio Viernes 11 de Febrero 2022

DIOS PROPONE UN PLAN DE SALVACIÓN
Evangelio viernes 11 de febrero 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
Dios propone un plan de salvación universal. Dice el Santo Evangelio: “Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis. Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 

El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Ábrete!»

Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (Marcos 7 31–37).

            La salvación que ofrece Dios, no tiene fronteras. Las curaciones y sanaciones del Señor Jesús, no hacen parte de un programa específico que Él debía cumplir. Su misión esencial es ser el Salvador del mundo. El milagro es el sello de las Palabras. Contraste perfecto entre lo que se anuncia “Tus pecados están perdonados”. En lo que se cree y se acepta: “levántate y anda” (Lucas 5, 23).

            Dios se vale de la misma creación para que su voz sea escuchada por todos los rincones de la tierra. Siempre ha tenido la diligencia y delicadeza para comunicar sus deseos, no hizo nada sin avisar a la humanidad su cometido. Dios siempre ha guardado un orden en sus cosas.  Inició un proceso de salvación a través de los patriarcas, después a través de los profetas, y por último dice la Sagrada Escritura, envió a su Hijo único, para que Él se encargara de comunicar los planes de su Padre celestial. El objetivo de Dios es siempre salvar, nunca condenar.

El Papa Francisco advierte: Pensemos en los muchos que Jesús ha querido encontrar, sobre todo, personas afectadas por la enfermedad y la discapacidad, para sanarles y devolverles su dignidad plena. Es muy importante que justo estas personas se conviertan en testigos de una nueva actitud, que podemos llamar cultura del encuentro […]

Aquí están las dos culturas opuestas. La cultura del encuentro y la cultura de la exclusión, la cultura del prejuicio, porque se perjudica y se excluye. La persona enferma y discapacitada, precisamente a partir de su fragilidad, de su límite, puede llegar a ser testigo del encuentro: el encuentro con Jesús, que abre a la vida y a la fe, y el encuentro con los demás, con la comunidad. En efecto, sólo quien reconoce la propia fragilidad, el propio límite puede construir relaciones fraternas y solidarias, en la Iglesia y en la sociedad. (cfr. Discurso, 29 de marzo, de 2014).