El método del Hijo de Dios es educar y caminar en comunión con su gente. No podemos caminar solos, necesitamos de alguien que nos dé la mano, que nos ofrezca seguridad, que nos hable con certeza, que nos indique el camino a seguir. Que nos eduque, que nos corrija, que prevea los peligros.
El Maestro tiene toda la razón, cuando da la orden al máximo pescador del mar de Galilea: Rema mar adentro. “Duc in altrum”, sin titubeos. San Juan Pablo II, habla de una privilegiada oportunidad para seguir a Jesús de Nazareth. La primera condición para "remar mar adentro" requiere cultivar un profundo espíritu de oración, alimentado por la escucha diaria de la Palabra de Dios. La auténtica vida cristiana se mide por la hondura en la oración, arte que se aprende humildemente "de los mismos labios del divino Maestro", implorando casi, "como los primeros discípulos: ‘¡Señor, enséñanos a orar!’ (Lucas 11, 1).
Remar mar adentro °°° creciendo en santidad por un camino espiritual que, comenzando con el don del Bautismo, prosigue hasta alcanzar la perfecta caridad. Viviendo el Evangelio "sine glossa", el cristiano se hace cada vez más capaz de amar como Cristo, a tenor de la exhortación: "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto" (Mateo 5, 48). (Carta apostólica Novo millennio ineunte. 32 y 38).
El trabajo sin prisa es el mayor
descanso. Esa es una atinada enseñanza de todos aquellos que se quieran
convertir en pescadores de hombres. “Los apóstoles no dejan de ser discípulos,
el Maestro sigue conduciéndolos para indicarles no sólo la forma de hacer la
misión sino qué hacer también después de ella.”. El Papa Francisco recomienda acoger a
Jesucristo en el barco de nuestras vidas, que compartamos con él y que
naveguemos por un mar nuevo, que se revela lleno de sorpresas”. Remar mar
adentro para seguir testigos de la bondad y la misericordia de Dios. (Ángelus,
10 de febrero, 2019). Cuida tu salud: Quien le obedece a Dios, llega muy lejos
en su Reino.