23 de febrero de 2022

SINODALIDAD EN LA IGLESIA CATÓLICA


23 de febrero 2022
. CAMINO SINODAL EN LA IGLESIA CATÓLICA

“CAMINAR JUNTOS”. COMUNIÓN, PARTICIPACIÓN Y MISIÓN
AÑO 2021 - 2023
¿DE QUÉ SE TRATA?
            Se concretiza en la escucha atenta de todos los bautizados, sobre todos los asuntos que tienen que ver con la evangelización. En un camino que se recorre en comunión y participación para la misión que todos cumplimos en la Iglesia

“La sinodalidad es dimensión constitutiva de la Iglesia” (Papa Francisco.

Orientador: Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué. 

 ¿QUIÉN LO PROPONE?

            EL PAPA FRANCISCO NOS ESTÁ MARCANDO EL SENDERO DE UNA IGLESIA SINODAL, que en primer lugar es una Iglesia de escucha; donde todos, pastores y fieles, podemos escucharnos y aprender unos de otros y hacer discernimiento para ir juntos a la misión con los mismos sentimientos de Cristo, iluminados por el Espíritu Santo, a comunicar la Buena Nueva de la salvación.

            Así lo expresa el Papa en la exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudium’, el anuncio del Evangelio en el mundo actual. El santo Padre afirma: “necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír. La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna

            El Papa Francisco advierte que: «En todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a evangelizar. El Pueblo de Dios es santo por esta unción que lo hace infalible “in credendo”. Esto significa que cuando cree no se equivoca, aunque no encuentre palabras para explicar su fe. (‘Evangelii Gaudium’, 119).

¿CUÁL ES EL CAMINO DE LA SINODALIDAD?

            Es el camino que Dios espera de la iglesia del tercer milenio. Este itinerario, que se sitúa en la línea del «aggiornamento» de la Iglesia propuesto por el Concilio Vaticano II, es un don y una tarea: caminando juntos, y juntos reflexionando sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender, a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión

¿CUÁL ES LA FINALIDAD DEL SÍNODO?

            No es producir documentos, sino “hacer que germinen sueños, suscitar profecías y visiones, hacer florecer esperanzas, estimular la confianza, vendar heridas, entretejer relaciones, resucitar una aurora de esperanza, aprender unos de otros.

 

¿ES CIERTO QUE LA SINODALIDAD, APARECE EN LA ESCRITURA, EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA?

            Sinodalidad como «dimensión constitutiva de la Iglesia» se fundamenta en la Palabra de Dios. «Caminar juntos», porque la referencia al camino alude a la idea de un proceso hacia una meta. Indica que son dos o más personas que se han propuesto un mismo fin y van dando los pasos necesarios para llegar a él.

            La idea de “caminar juntos con un mismo fin” está presente de muchas formas tanto en los libros del Antiguo como del Nuevo Testamento.  La Sagrada Escritura testifica desde las primeras páginas que los seres humanos no recorren pasivamente este itinerario que ha sido llamado “historia de la salvación”, sino que en él todos son corresponsables, y esta corresponsabilidad resplandece mucho más en la etapa inaugurada por la redención realizada por Jesucristo.

            El Documento de la Comisión Teológica Internacional, resumiendo la enseñanza del Antiguo Testamento, afirma que “Dios creó al ser humano, varón y mujer, a su imagen y semejanza como un ser social llamado a colaborar con Él caminando en el signo de la comunión, custodiando el universo y orientándolo hacia su meta (Génesis 1, 26-28)


REFLEXIONA LAS SIGUIENTES FRASES Y SACA TUS CONCLUSIONES
. 

La sinodalidad no es el capítulo de un tratado de eclesiología. La sinodalidad expresa la naturaleza de la Iglesia, su forma, su estilo, su misión.  

Una Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha, con la conciencia de que escuchar es más que oír.

Se trata de escuchar al Espíritu Santo. «El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias» (Apocalipsis 2,7)

Se trata de escuchar la voz de Dios, de captar su presencia, de interceptar su paso y su soplo de vida.  

El Espíritu Santo nos necesita. Escuchadlo escuchándoos a vosotros mismos. No dejéis a nadie fuera o detrás

El buen pastor tiene que moverse así. Delante para guiar, en medio para animar y no olvidar el olor del rebaño, detrás porque el pueblo tiene también "instinto"

El obispo y el sacerdote desvinculado del pueblo es un funcionario, no un pastor

En una Iglesia sinodal, que anuncia el Evangelio, todos “caminan juntos”: ¿Cómo se realiza hoy este “caminar juntos” en la propia Iglesia particular? ¿Qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer en nuestro “caminar juntos”?  


 ¿CÓMO SE PUEDE CONCRETAR LA SINODALIDAD EN NUESTRA IGLESIA?

¿DE CUÁL PROPUESTA SE TRATA?

            El Padre, claretiano, Carlos Martínez Oliveras, propone pensar en la siguiente temática: 


Es el modo de vivir en la Iglesia, el modo de ser, que es la comunión. La Iglesia es una comunión.

La sinodalidad se expresa también en el modo de actuar, que en el fondo es el servicio, esa pirámide invertida de la que habla el Papa Francisco y de la que todo ministerio está en función del servicio.

Es el modo de celebrar porque hay una conexión directa entre la sinodalidad y la Eucaristía.

Es el modo de anunciar: la comunidad misionera que se plasma por la sinodalidad para dar testimonio en medio del mundo.

La sinodalidad es una experiencia del espíritu, un Kayros, un tiempo de gracia de la Iglesia, para que, desde la escucha mutua de todo el Pueblo de Dios, se pueda hacer un discernimiento adecuado para vivir la comunión y tomar las decisiones adecuadas que den paso a una mejor misión y un mejor testimonio de la Iglesia en todo el mundo.


PENSEMOS EN UNA IGLESIA

QUE DEBE SER COMUNIÓN

El fundamento para nuestra reflexión lo encontramos en el libro de los Hechos de los Apóstoles:

Dice el libro sagrado: En la comunidad primitiva de Jerusalén, los discípulos "acudían [...] asiduamente a la enseñanza de los Apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones" (Hechos 2, 42

            De acuerdo al catecismo de la Iglesia Católica, pensar en una Iglesia en comunión, implica las siguientes afirmaciones: 

La comunión en la fe. La fe de los fieles es la fe de la Iglesia recibida de los Apóstoles, tesoro de vida que se enriquece cuando se comparte.

La comunión de los sacramentos. “El fruto de todos los Sacramentos pertenece a todos. Porque los Sacramentos, y sobre todo el Bautismo que es como la puerta por la que los hombres entran en la Iglesia, son otros tantos vínculos sagrados que unen a todos y los ligan a Jesucristo.

            La comunión de los carismas: En la comunión de la Iglesia, el Espíritu Santo "reparte gracias especiales entre los fieles" para la edificación de la Iglesia. "a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común" (1 Corintios 12, 7).

            “Todo lo tenían en común” (Hechos 4, 32): "Todo lo que posee el verdadero cristiano debe considerarlo como un bien en común con los demás y debe estar dispuesto y ser diligente para socorrer al necesitado y la miseria del prójimo"

            La comunión de la caridad: En la comunión de los santos, "ninguno de nosotros vive para sí mismo; como tampoco muere nadie para sí mismo" (Romanos 14, 7). "Si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo. “La caridad no busca su interés”. 

            Los tres estados de la Iglesia. «Hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando "claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es"»

            La comunión con los santos. "No veneramos el recuerdo de los del cielo tan sólo como modelos nuestros, sino, sobre todo, para que la unión de toda la Iglesia en el Espíritu se vea reforzada por la práctica del amor fraterno.

            La comunión con los difuntos.  Es una idea santa y piadosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados" (2 Macabeos 12, 46) (cfr. Catecismo Iglesia Católica, 949 – 958). 


EL PAPA FRANCISCO ENSEÑA QUE

LA COMUNIÓN SE LOGRA

VENCIENDO LA HIPOCRESÍA CON EL AMOR

            Dice el Santo Padre: La comunidad, o koinonia, se convierte así en el nuevo modo de relación entre los discípulos del Señor.  “La comunidad cristiana nace de la efusión del Espíritu Santo y crece cuando comparte con los demás lo que posee.

Los cristianos experimentan una nueva forma de estar entre sí, de comportarse. Y es la propia modalidad cristiana, hasta el punto de que los paganos miraban a los cristianos y decían: "¡Miren cómo se aman!". El amor era la moda.

Pero no el amor a la palabra, no el amor falso: el amor a las obras, a ayudarse unos a otros, el amor concreto, la concreción del amor.

Cuando comulgamos nosotros decimos ‘nos comunicamos’, entramos en comunión con Jesús y de esta comunión con Jesús llegamos a la comunión con los hermanos y hermanas.

Si queremos ser buenos cristianos debemos dejar que la conversión llegue hasta nuestros bolsillos, allí donde se ve si somos generosos con los demás sin quedarse en las palabras, sino hacer gestos de una buena conversión.

“la vida eucarística, las oraciones, la predicación de los Apóstoles y la experiencia de comunión hacen de los creyentes una multitud de personas que tienen ‘un solo corazón y una sola alma’ y que no consideran que lo que poseen es de su propiedad, sino que lo tienen todo en común.

“Un ejemplo concreto del compartir y de la comunión de bienes nos viene del testimonio de Bernabé: posee un campo y lo vende para entregarlo a los Apóstoles.  (Audiencia 21 de agosto, 2019).

La Quinta Conferencia Episcopal latinoamericana, celebrada en Aparecida (Brasil) (Año 2007)  propone 5 principios para vivir en comunión según el ser de la Iglesia.   ¿Qué opinas?  ¿Cómo se pueden poner en práctica?

Jesús al inicio de su ministerio, elige a los doce para vivir en comunión con Él (cf. Marcos 3,14

El encuentro de los discípulos con Jesús es indispensable para alimentar la vida comunitaria y la actividad misionera

Los discípulos de Jesús están llamados a vivir en comunión con el Padre (1 Juan 1,3) y con su hijo muerto y resucitado, en la comunión en el Espíritu Santo (2 Corintios  13,13)

“La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión

“La comunión de la Iglesia se nutre con el pan de la Palabra de Dios y con el Pan del Cuerpo de Cristo”

La Iglesia crece no por proselitismo sino por atracción: como Cristo atrae todo así con la fuerza del amor”. La Iglesia atrae cuando vive en comunión


PENSEMOS EN UNA IGLESIA

QUE DEBE SERVIR A LA COMUNIDAD


El Papa san Pablo VI,  enseñaba que la "principal responsabilidad de la Iglesia es el servicio a la Verdad"

            El Papa Francisco explica que «Jesús nos enseña el servicio, como camino del cristiano». De hecho, «el cristiano existe para servir, no para ser servido». Y es una regla que vale «toda la vida». Todo está encerrado ahí: de hecho, «muchos hombres y mujeres en la historia», que se lo han «tomado en serio», han dejado «rastro de verdaderos cristianos: de amor y de servicio».

Durante la última cena, por tanto, el Señor dejó los dos mandamientos del amor y del servicio y después «una advertencia» «Vosotros debéis amar como siervos, debéis servir, porque sois siervos». Y la explicación de estas palabras, «es también una regla de vida: “En verdad, en verdad os digo: un siervo no es más grande que su patrón, ni un invitado es más grande que quien lo ha mandado”».

Es decir: «Vosotros podréis celebrar la eucaristía, vosotros podéis servir, pero enviados por mí, mandados por mí. Vosotros no sois más grandes que yo» (Papa Francisco, Homilía 26 de abril 2018). 

Afirma el Papa Francisco

El más grande en la Iglesia es el que sirve no el que tiene más títulos

No se puede vivir el Evangelio haciendo compromisos, de lo contrario se termina en el espíritu del mundo, que apunta al dominio de los demás y es "enemigo de Dios", sino que hay que elegir el camino del servicio.  "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”. 

«Si un discípulo no camina para servir no sirve para caminar»

“Camino, servicio, gratuidad”.

“Un discípulo que no sirve a los demás  —añadió Francisco— no es cristiano.  El discípulo debe hacer lo que Jesús ha predicado en aquellas dos columnas del cristianismo: las Bienaventuranzas

Si su vida no es para el servicio, no sirve para vivir como cristiano.

Servir gratuitamente, contrastar el engaño de las riquezas

La tercera palabra es “gratuidad”.  “Gratuitamente han recibido, gratuitamente den”, es la admonición de Jesús.  “El camino del servicio es gratuito — porque hemos recibido la salvación gratuitamente, pura gracia: ninguno de nosotros ha comprado la salvación, ninguno de nosotros la ha merecido.  Es pura gracia del Padre en Jesucristo, en el sacrificio de Jesucristo” (Homilía Papa Francisco, casa Santa Marta). 

EL SERVICIO TIENE BASE EN LA SAGRADA ESCRITURA

El que quiera ser grande entre ustedes, debe servir a los demás.”—Mateo. 20, 26

¿DE CUÁL SERVICIO NOS HABLA LA SAGRADA BIBLIA?

            Dice el hermeneuta bíblico  °°°

Los servidores de Cristo son en primer lugar los servidores de la palabra

"perseveraremos en la oración y en el ministerio de la palabra " Hechos 6, 4

Los que anuncian el Evangelio cumpliendo así un servicio sagrado.

Romanos 15, 16: "de ser ministro de Cristo Jesús entre los paganos; mi tarea sagrada consiste en anunciar el evangelio de Dios, para que la ofrenda de los paganos sea agradable a Dios, consagrada por el Espíritu Santo." Colosenses 1,23 Filipenses 2,22, «con toda humildad», y si es preciso «en lágrimas y en medio de las pruebas» Hechos 20,19.

En cuanto a los que sirven a la comunidad, como lo hacen en particular los diáconos

Hechos  6,1-4,  "Los Doce reunieron la asamblea de los discípulos y les dijeron: «No es correcto que nosotros descuidemos la Palabra de Dios por hacernos cargo de las mesas. Por lo tanto, hermanos, elijan entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu y de sabiduría; les confiaremos esta tarea, mientras que nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la Palabra"

Pablo les enseña en qué condiciones este servicio será digno del Señor

Romanos 12,7.9-13.  "Si eres diácono, cumple tu misión; si eres maestro, enseña; Si eres predicador, sé capaz de animar a los demás; si te corresponde la asistencia, da con la mano abierta; si eres dirigente, actúa con dedicación; si ayudas a los que sufren, muéstrate sonriente."

"Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno. Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo. Sean diligentes, y no flojos. Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al señor. Tengan esperanza y sean alegres. Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar. Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso."

Sirven a Dios como hijos y no como esclavos Gálatas 4,


ANALIZA LAS SIGUIENTES REFLEXIONES Y SACA TUS CONCLUSIONES, PARA TI, PARA TU VIDA PARROQUIAL

EL QUE NO VIVE PARA SERVIR

NO SIRVE PARA VIVIR

            Servir o ser servido, es esta una pregunta sabia, inteligente e incluso le define el ser y el quehacer de una persona.  ¿A que hemos venido a este mundo: A servir o a ser servidos? Desde luego que los que somos creyentes y nos tomamos en serio, lo que creemos, inmediatamente nos decimos, hemos venido a servir, cada uno desde donde Dios nos ha situado.

La excelente enseñanza del Maestro de Nazareth a sus seguidores es la siguiente: "Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: « ¿De qué discutíais por el camino?» Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.» (Marcos 9, 33-37).

San Agustín decía: “Nada podemos dar a Dios que sea nuestro; pero si podemos dar al prójimo. Dando al menesteroso grajearás para ti la abundancia”. Pero el dar, no se trata siempre de dar dinero o bienes materiales, sino el darse uno mismo, sirviendo a los demás

Servir es Reinar. Así lo enseñó el Concilio Ecuménico Vaticano II cuando afirmaba: Existe también otro principio básico, que siempre hemos de considerar y que nos dice que: “Servir es amar”. Esto nos lo ratifica nuestro sentido común, porque si servimos sin esperar. 

El servicio es principio de quienes creen en Dios. En la vida hay que aprender a encontrarle gusto a la Palabra del Señor, no se trata de cumplir obligaciones, no se trata de tiempo, no se trata de espacio, el asunto es: dónde está ubicado tu corazón


PENSEMOS EN UNA IGLESIA

QUE DEBE SER MISIONERA – EVANGELIZADORA  

            El apóstol san Pablo pregunta:

            ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? Y ¿Cómo van a oír, si no hay quién les anuncie el mensaje? (Romanos 10,  14)

¿QUÉ SABEMOS SOBRE LA EVANGELIZACIÓN?

            La evangelización es el anuncio de la Palabra de Dios a través de la predicación.

La evangelización tiene como propósito fundamental la conversión del oyente que acoge la Palabra de Dios.

            La evangelización se manifiesta en la congregación del Verbo Encarnado como: Catequesis, Kerigma, Misión, Enseñanza, anuncio, y diálogo.

¿CUÁL ES EL VALOR DE LA PALABRA DE DIOS EN NUESTRA MISIÓN?

La palabra de Dios nos purifica: “vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he anunciado” Juan 15, 3.

            La Palabra de Dios nos escruta: “Ciertamente es viva la  Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, y hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del Corazón. Hebreos 4,12.

            La Palabra de Dios nos juzga: “El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: La palabra que yo he hablado, esa le juzgará el último día” Juan 12, 48-49

            - La palabra de Dios Sana: “Ni los curó hierba ni emplasto alguno, sino tu palabra, Señor, que todo lo sana.” Sabiduría 16,12. “Su palabra envió para sanarlos y arrancar sus vidas de la fosa”         Sal 107,20.

            - La palabra de Dios nos santifica: “Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad” Juan 17, 17.

            La Palabra  de Dios nos consuela: Isaías  40,1. Consolad, consolad a mi pueblo dice vuestro Dios.

            La Palabra de Dios nos ilumina: “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero Sal 119, 105.

            - La Palabra de Dios nos preserva del pecado: “ Como el joven guardará puro su camino?  Observando tu palabra. Dentro del corazón he guardado tu promesa para no pecar contra ti” Sal 119, 9-1

            - La palabra de Dios es siempre actual: “Esta Escritura que acabáis de oír, se ha cumplido hoy” Lucas 4,22.

            Ponerla en práctica: “Así pues todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica”…  Mateo 7,24; “Poned por obra la palabra y no os contentéis solo con oírla, engañándoos a vosotros     mismos…  Cfr. Santiago 1, 22-25

Anunciarla: “Predicar el Evangelio no es para mí ningún motivo de gloria; es más bien un deber que me incumbe y ay de mí si no predico el Evangelio!” 1 Corintios 9,16;   Cfr. Isaías 52,7

JESÚS CUMPLE LA MISIÓN QUE EL PADRE LE ENCOMENDÓ:

Predicó la Buena Nueva del Reino de Dios. Mc.1, 14-15

Nos mostró el camino de la salvación. Dio la vida por nosotros en la cruz, y nos unió a su Sacrificio Pascual Romanos. 6,3-10 Nos perdonó, purificó y justificó.

Nos inserta en su cuerpo por el bautismo. Restablece nuestra unión con el Padre, restaurándonos en nuestra dignidad de hijos de Dios. Nos envió el Espíritu Santo

JESÚS ENCOMIENDA A LA IGLESIA SU PROPIA MISIÓN

            Jesús delega su misión: “Así como el Padre me envía, así os envío Yo”  Juan 20,21

Le da a la iglesia el tesoro de la salvación por medio de  instrumentos como Pedro y los demás apóstoles. "Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre ésta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

            A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos"  Mt. 16,18-20  Id Y                enseñad, Id por todo el mundo.

LA IGLESIA ESTÁ LLAMADA A CONSERVAR, PROTEGER Y ENSEÑAR FIELMENTE EL DEPÓSITO DE LA FE.

            "Conserva el Buen Depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros" 2 Timoteo.1, 14. Pablo, consciente de su responsabilidad pone su confianza en Dios y dice: "Yo sé bien en quien tengo puesta mi fe y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día" 2 Timoteo. 1,12.

LA IGLESIA CONTINÚA LA OBRADE SALVACIÓN

            No solo con la predicación del Evangelio, sino también mediante el sacrificio y los sacramentos:

Es encargada de bautizar, hacer discípulos y enseñar

            “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio” 

                                               (Marcos 16,15)

Id pues y haced discípulos a todos las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que yo les he mandado” (Mateo 28, 18-20)

EL MAESTRO NOS LLAMA A UNA MISIÓN

            La llamada de Jesús a Pedro, es una llamada concreta, con nombre propio; Simón, hijo de Jonás, yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla. (Mateo 16,18).

            Y esta misma llamada es la que  recibe cada uno de nosotros cuando escuchamos a Dios leyendo su palabra y acogiéndola en el corazón, pues la Palabra de Dios va dirigida a todos sin excluir a nadie, porque los dones y la llamada de Dios son irrevocables (Romanos. 11,29).

            Es verdad que la iniciativa parte de Dios, pero Dios necesita que desde mi libertad yo me adhiera a Cristo y así el plan de salvación tenga lugar en mí (Filipenses 1,6)

            María como madre nuestra sabe qué es lo  mejor para nosotros, por eso nos dice, hagan lo que Él les diga (Juan 2,5).


ANALIZA LAS SIGUIENTES FRASES Y ESCRIBE TUS CONCLUSIONES
: 

El Papa Francisco habla de una Iglesia en salida, esto exige una conversión misionera constante. (Discurso 20 octubre 2019)

 La Iglesia está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente °°°  (Discurso 20 octubre 2019)

La misión en el mundo es fruto del amor de Dios

La misión, subraya el Santo Padre, es un mandato que nos toca de cerca: yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado y toda bautizada es una misión. Quien ama se pone en movimiento. (Discurso 20 octubre 2019)

Todo bautizado está llamado a salir en misión. “El bautismo es realmente necesario para la salvación porque nos garantiza que somos hijos e hijas en la casa del Padre, siempre y en todas partes, nunca huérfanos, extranjeros o esclavos.  (Discurso 20 octubre 2019)

La universalidad divina de la misión de la Iglesia

En su Carta Apostólica Maximum illud, el Papa Francos explica que la universalidad divina de la misión de la Iglesia exige la salida de una pertenencia exclusiva a la propia patria y a la propia etnia. La apertura de la cultura y de la comunidad a la novedad salvífica de Jesucristo requiere la superación de toda introversión étnica y eclesial impropia. 

El gran sueño del Papa Francisco es una Iglesia Misionera. Dice el santo Padre: Nuestro gran desafío, es crear una cultura del encuentro que aliente a los individuos y grupos a compartir la riqueza de nuestras tradiciones y experiencias, a derribar muros y a construir puentes. La Iglesia en América, como en otras partes, está llamada a ‘salir’ de su zona de confort y ser fermento de comunión. (Mensaje a la Asamblea General, 17 de noviembre 2016).  


PENSEMOS EN UNA IGLESIA

DESDE LA EUCARISTÍA

LA EUCARISTÍA EDIFICA A LA IGLESIA

LA IGLESIA VIVE DE LA EUCARISTÍA    

La Eucaristía es fuente de toda la vida cristiana. El Concilio Ecuménico Vaticano II dice “la eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia”. ¿Quién es el bien espiritual de la Iglesia? No son los cuadros de arte, ni las catedrales, no los copones de oro, ni las vestimentas bordadas... El bien espiritual es “Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que     da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo” (Presbyterorum Ordinis, n. 5).

            La Eucaristía: “Sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual Cristo es nuestra comida, el alma se llena de gracia futura” (Concilio Vaticano II, Sacrosanctum Concilium, n. 47).

            El catecismo de la Iglesia Católica, enseña que la Eucaristía es fuente y cumbre de la vida eclesial.  "Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. (# 1324)

             "La Eucaristía significa y realiza la comunión de vida con Dios y la unidad del Pueblo de Dios por las que la Iglesia es ella misma. En ella se encuentra a la vez la cumbre de la acción por la que, en Cristo, Dios santifica al mundo, y del culto que en el Espíritu Santo los hombres dan a Cristo y por él al Padre" (# 1325)

            La Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe: "Nuestra manera de pensar armoniza con la Eucaristía, y a su vez la Eucaristía confirma nuestra manera de pensar"  (# 1327) 


SAN JUAN PABLO II

Propone una Iglesia desde la Eucaristía. 

“La Iglesia vive de la Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente una experiencia cotidiana de fe, sino que encierra en síntesis el núcleo del misterio de la Iglesia. (Ecclesia de Eucharistia, 1)

La Eucaristía es Misterio de Fe.  « El Señor Jesús, la noche en que fue entregado » (1 Corintios 11, 23), instituyó el Sacrificio eucarístico de su cuerpo y de su sangre. Las palabras del apóstol Pablo nos llevan a las circunstancias dramáticas en que nació la Eucaristía. (Ecclesia de Eucharistia, 11)

La Iglesia vive continuamente del sacrificio redentor, y accede a él no solamente a través de un recuerdo lleno de fe, sino también en un contacto actual, puesto que este sacrificio se hace presente, perpetuándose sacramentalmente en cada comunidad.  (Ecclesia de Eucharistia, 12)

La Eucaristía edifica a la Iglesia.  « Cuantas veces se celebra en el altar el sacrificio de la cruz, en el que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado (1 Corintios 5, 7), se realiza la obra de nuestra redención. El sacramento del pan eucarístico significa y al mismo tiempo realiza la unidad de los creyentes, que forman un sólo cuerpo en Cristo (cf. 1 Corintios 10, 17) » (Ecclesia de Eucharistia, 21)

El culto que se da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia. Dicho culto está estrechamente unido a la celebración del Sacrificio eucarístico. La presencia de Cristo bajo las sagradas especies que se conservan después de la Misa.  (Ecclesia de Eucharistia, 25)

Apostolicidad de la Eucaristía y de la Iglesia. Si la Eucaristía edifica la Iglesia y la Iglesia hace la Eucaristía, se deduce que hay una relación sumamente estrecha entre una y otra.  

La Eucaristía es apostólica, porque se celebra en conformidad con la fe de los Apóstoles. La Iglesia es apostólica en el sentido de que « sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los Apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral.  (Ecclesia de  Eucharistia, 27 28)

La Eucaristía y la comunión Eclesial.  La Iglesia, mientras peregrina aquí en la tierra, está llamada a mantener y promover tanto la comunión con Dios trinitario como la comunión entre los fieles. Para ello, cuenta con la Palabra y los Sacramentos, sobre todo la Eucaristía, de la cual « vive y se desarrolla  sin cesar »  (Ecclesia de Eucharistia, 34)

La Eucaristía y la Penitencia son dos sacramentos estrechamente vinculados entre sí. La Eucaristía, al hacer presente el Sacrificio redentor de la Cruz, perpetuándolo sacramentalmente. (Ecclesia de Eucharistia, 37)

La Eucaristía crea comunión y educa a la comunión. San Pablo escribía a los fieles de Corinto manifestando el gran contraste de sus divisiones en las asambleas eucarísticas con lo que estaban celebrando, la Cena del Señor. Consecuentemente, el Apóstol les invitaba a reflexionar sobre la verdadera realidad de la Eucaristía con el fin de hacerlos volver al espíritu de comunión  fraterna (cf. 1 Corintios 11, 17-34).  (Ecclesia de Eucharistia, 40)

María Santísima, es mujer eucarística por excelencia. Si queremos descubrir en toda su riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia.  María ha practicado su fe eucarística antes incluso de que ésta fuera instituida, por el hecho mismo de haber ofrecido su seno virginal para la encarnación del Verbo de Dios. (Ecclesia de Eucharistia, 53)

María ha anticipado también en el misterio de la Encarnación la fe eucarística de la Iglesia. Cuando, en la Visitación, lleva en su seno el Verbo hecho carne, se convierte de algún modo en « tabernáculo » –el primer « tabernáculo » de la historia– donde el Hijo de Dios, todavía invisible a los ojos de los hombres, se ofrece a la adoración de Isabel. (Ecclesia de Eucharistia, 55) 


EL PAPA FRANCISCO

PROPONE EL TEMA DE LA EUCARISTÍA Y LOS SACRAMENTOS

Son los signos del amor de Dios. 

Jesús dice a sus discípulos: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día» (Juan 6,53-54). (Catequesis, 8 de noviembre, 2017)

La Eucaristía es una medicina eficaz contra las tentaciones, las debilidades. “Jesús se hace frágil como el pan que se rompe y se desmigaja. Pero precisamente ahí radica su fuerza. En la Eucaristía la fragilidad es fuerza: fuerza del amor que se hace pequeño para ser acogido y no temido; fuerza del amor que se parte y se divide para alimentar y dar vida; fuerza del amor que se fragmenta para reunirnos en la unidad” (Ángelus, 6 de junio, 2021)

Hay otra fuerza que destaca en la fragilidad de la Eucaristía: la fuerza de amar a quien se equivoca”. Al recordar que fue “en la noche en que fue traicionado que Jesús nos da el Pan de Vida” el discípulo que come con él, que moja su bocado en el mismo plato, lo está traicionando”. (Ángelus, 6 de junio, 2021).

Jesucristo sabe que lo necesitamos. “Cando recibimos la Eucaristía, Jesús hace lo mismo con nosotros: nos conoce, sabe que somos pecadores y que cometemos muchos errores, pero no renuncia a unir su vida a la nuestra” (Ángelus, 6 de junio,        2021).

El Señor cura con amor nuestras fragilidades Y, sobre todo el Señor “nos cura con amor de aquellas fragilidades que no podemos curar por nosotros mismos”:

“La de sentir resentimiento hacia quienes nos han hecho daño; la de distanciarnos de los demás y aislarnos en nuestro interior; la de llorar sobre nosotros mismos y quejarnos sin encontrar la paz” (Ángelus, 6 de junio, 2021).

La Eucaristía es una medicina eficaz contra estas cerrazones. El Pan de Vida, de hecho, cura las rigideces y las transforma en docilidad. La Eucaristía sana porque nos une a Jesús: nos hace asimilar su manera de vivir, su capacidad de partirse y entregarse a los hermanos, de responder al mal con el bien” (Ángelus, 6 de junio, 2021).

PIENSA EN 5 CONCLUSIONES PRÁCTICAS

DONDE NOSOTROS COMO IGLESIA

1.  Demostramos nuestra Fe desde la Eucaristía

2. Vivimos la comunión desde la Eucaristía

3. Nos proyectamos como misioneros desde la Eucaristía

4. Nuestro apostolado depende de la Eucaristía.

5. ¿Cómo explicarías esta frase. “La Iglesia, vive de la Eucaristía, La Eucaristía edifica a la Iglesia?