19 de febrero de 2022

AMAR Y PERDONAR DISTINGUEN LA MISIÓN DE UN DISCÍPULO Evangelio domingo 20 de Febrero 2022

AMAR Y PERDONAR DISTINGUEN LA MISIÓN DE UN DISCÍPULO Evangelio domingo 20 de febrero 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué. 
 °°° “Dijo Jesús a sus discípulos: «A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica.” (Lucas 6, 27-38). 
 
            No hay razón para odiar a los demás. El mal se vence con el bien. La guerra se termina con el diálogo. El pecado termina cuando aceptamos la razón de empezar a vivir de nuevo. El rencor y la venganza no existen en aquel que cree en Dios y hace su voluntad. (cf. Levítico 19, 18). El secreto para vivir en paz y controlar nuestras emociones que se nos escapan al arbitrio de la razón humana es dejarnos guiar por la voluntad de Dios: “La sabiduría de este mundo, es locura para Dios”. (1 Corintios 3, 18). 

Quien aspira a ser un buen discípulo del Hijo de Dios, debe aprender la lección profética anunciada desde antiguo: no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.” (Isaías 50, 4-7)
 
            Es cierto que amar y perdonar marcan la diferencia en el éxito de la misión de un buen discípulo de Cristo. La pregunta sería: ¿Dónde está el secreto?. La respuesta la tiene el apóstol de los gentiles cuando presenta al salvador del mundo derrotando el mal con su manera de ser: “Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.” (Filipenses. 2, 6-11).  
 
            El Papa Francisco enseña que el Evangelio es toda una novedad. Una novedad difícil de llevar adelante. Se trata de caminar detrás del Maestro. Es darse a sí mismo, dar el corazón, precisamente a los que no nos quieren, que nos hacen mal, a los enemigos. Esta es la novedad del Evangelio. Jesús nos muestra que no hay mérito en amar a quien nos ama, porque eso también lo hacen los pecadores. Los cristianos, sin embargo, estamos llamados a amar a nuestros enemigos. Un corazón misericordioso podremos hacer todo aquello que el Señor nos aconseja. (Homilía, 11 de septiembre, 2014).  Cuida tu salud: Hacer el bien sin esperar nada a cambio, es la clave.