5 de octubre de 2022

LA CLAVE ES PERSEVERAR EN LA ORACIÓN Evangelio Jueves 6 de Octubre 2022


PERSEVERAR EN LA ORACIÓN ES LA CLAVE                
Evangelio Jueves 6 de octubre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Afirma el Santo Evangelio: “Dijo Jesús a los discípulos: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos.” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite.” Lucas 11, 5-13. 
 
            No debemos ser negligentes en materia de oración.  La oración debe acompañar todos los momentos y experiencias de fe de cada persona. La persistencia en la oración tiene como resultado el milagro esperado por el orante. Es cierto que debemos orar constante y persistentemente. No se debe abandonar la oración. No se debe posponer la oración. Se debe insistir en la oración.  La negligencia en la oración puede ser: La soberbia diluye la oración. queremos ser justificados y no condenados. Justificarse al estilo humano es el producto de acomodar los preceptos de Dios para que den el resultado que yo pretendo. (cfr. Lucas 18, 9-14). 
 
            El Catecismo de la Iglesia Católica, describe la oración como un don de la Gracia y una respuesta de nosotros. La oración supone esfuerzo, dedicación, perseverancia, Se ora como se vive, porque se vive como se ora. El que no quiere actuar habitualmente según el Espíritu de Cristo, tampoco podrá orar habitualmente en su Nombre. (cfr. Numeral 2725). ¿Será que existen obstáculos para la oración? ¿eficacia de la oración? Por ejemplo, levantarse a media noche, a prestar un servicio a alguien.
 
Pues si existen obstáculos: En el combate de la oración, tenemos que hacer frente en nosotros mismos y en torno a nosotros a conceptos erróneos sobre la oración. Unos ven en ella una simple operación psicológica, otros un esfuerzo de concentración para llegar a un vacío mental. Otros la reducen a actitudes y palabras rituales. En el inconsciente de muchos cristianos, orar es una ocupación incompatible con todo lo que tienen que hacer: no tienen tiempo.
 
Hay quienes buscan a Dios por medio de la oración, pero se desalientan pronto porque ignoran que la oración viene también del Espíritu Santo y no solamente de ellos. decepción por no ser escuchados según nuestra propia voluntad; herida de nuestro orgullo que se endurece en nuestra indignidad de pecadores, difícil aceptación de la gratuidad de la oración, etc. 

La conclusión es siempre la misma: ¿Para qué orar? Es necesario luchar con humildad, confianza y perseverancia, si se quieren vencer estos obstáculos. (Catecismo numerales, 2726 y 2728).
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https://youtu.be/g_GA3oVj9AI