20 de octubre de 2022

HUMILDAD Y SENCILLEZ IDENTIFICAN A UN DISCÍPULO Evangelio Viernes 21 de Octubre 2022


HUMILDAD Y SENCILLEZ IDENTIFICAN UN DISCÍPULO                   
Evangelio Viernes 21 de octubre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice el Santo Evangelio: “El Maestro exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo de lo quiera revelar.” °°° Mateo 11, 25-30. 
 
            ¿Dónde puede estar la verdadera grandeza de un creyente? La forma más sencilla y humilde es la eficaz para ser un buen discípulo, un buen proclamador de la Buena Nueva, un buen servidor del Maestro, un excelente consagrado, una maestra de misión en América Latina, servidora de la verdad y de la luz del Evangelio, como lo supo hacer Santa Laura Montoya, Virgen y Fundadora. Una santa ejemplo, para Colombia, para América, para la Iglesia Católica. Fundadora de la congregación de las misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena. 
 
            El Papa Francisco describió perfectamente el ser y el espíritu de Santa Laura como un excelente instrumento de evangelización, según los deseos del Maestro de Nazareth: “«Ruego por los que creerán en mí por la palabra de ellos, para que sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros» (Juan 17,20). Sigue explicando el santo Padre: “En su obra de evangelización Madre Laura se hizo verdaderamente toda a todos, según la expresión de san Pablo (cfr. 1 Corintios 9,22). También hoy sus hijas espirituales viven y llevan el Evangelio a los lugares más recónditos y necesitados, como una especie de vanguardia de la Iglesia.

Esta primera santa nacida en la hermosa tierra colombiana nos enseña a ser generosos con Dios, a no vivir la fe solitariamente —como si fuera posible vivir la fe aisladamente—, sino a comunicarla, a irradiar la alegría del Evangelio con la palabra y el testimonio de vida allá donde nos encontremos.” (cfr. Homilía, plaza de san Pedro, 12 de mayo 2013).
 
La pequeñez y la humildad son virtudes muy cotizadas en el Evangelio. Hay que aprender a valorar tantas actividades, pequeñas y silenciosas, frente a tantas noticias, grandiosas en apariencia. Hay que aprender a darle gracias a Dios por reservar lo grande y lo maravilloso a la gente humilde y sencilla. 

El Papa emérito destaca el himno en que Jesús alaba la revelación a los pequeños. es la culminación de un camino de oración en el que surge claramente la profunda e íntima comunión de Jesús con la vida del Padre en el Espíritu Santo, y se manifiesta su filiación divina. Jesús se dirige a Dios llamándole “Padre” (cfr. Audiencia, 7 de diciembre, 2011).     
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