¿CÓMO PUEDO VIVIR AUTÉNTICAMENTE MI RELIGIÓN?
Evangelio Miércoles 12 de octubre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice el Santo Evangelio: “Dijo el Señor: ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, ¡y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas!
¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven,
sobre los que andan los hombres sin saberlo!» Uno de los legistas le respondió:
«¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!» Pero él
dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas
intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!" °°°
Lucas 11, 42-46.
Nos podemos preguntar: ¿Cuáles
deberían ser lo criterios, con los cuales se puede vivir auténticamente una
religión? Utilizando el lenguaje del Papa Francisco podríamos decir que el
primero es evitar el carrerismo. Todas aquellas personas que confunden la
misión con ocupar altos cargos en la religión. Personas que no aceptan la
misión desde la humildad y la sencillez del corazón. Personas quizás,
pensando en sí mismas, en su propia imagen, en su propio bienestar. La misión
no es para acceder puestos a la derecha o a la izquierda, sino para servirle a
Dios en una sociedad.
El segundo criterio es la pureza
de corazón. La limpieza del alma, la manera como miramos a los demás.
Advierte el profeta: “¿Por qué miras con agrado a los que proceden
pérfidamente, y callas cuando el impío traga al que es más justo que él?
(Habacuc 1, 13). ¿Quién subirá al monte del Señor? Buena pregunta que responde el salmista: El
de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni
jurado con engaño. (cfr. Salmo 24). Bienaventurada
será aquella persona que tenga limpio su corazón. (cfr. Mateo 5, 8).
El tercer criterio es no excederse en la interpretación de la ley de Dios. El punto medio es el espíritu de la ley y no el rigorismo de la ley. Cuando pensamos en el rigorismo, podemos caer en la tentación del exceso, de la mala publicidad, de la dureza. Algún autor griego afirmaba que, evitar el rigorismo no significa caer en el laxismo. El santo Padre Francisco ha hablado en múltiples ocasiones sobre el rigorismo. Y el Papa emérito ha hablado sobre el relativismo. Ambos pontífices advierten sobre el peligro de estas doctrinas para una sana fe.
El tercer criterio es no excederse en la interpretación de la ley de Dios. El punto medio es el espíritu de la ley y no el rigorismo de la ley. Cuando pensamos en el rigorismo, podemos caer en la tentación del exceso, de la mala publicidad, de la dureza. Algún autor griego afirmaba que, evitar el rigorismo no significa caer en el laxismo. El santo Padre Francisco ha hablado en múltiples ocasiones sobre el rigorismo. Y el Papa emérito ha hablado sobre el relativismo. Ambos pontífices advierten sobre el peligro de estas doctrinas para una sana fe.
El Papa Francisco advierte el no manejar una mentalidad rigorista, para poder descubrir a Dios en cada ser humano. Por ejemplo, se absolutizan los derechos de los fuertes, y se olvidan a los más necesitados. El Papa emérito Benedicto XVI recomienda la misericordia para no caer en el rigorismo. Los esfuerzos morales se hacen a la luz de la misericordia. (Cfr. Carta al episcopado Polaco, 2 de abril, 2005).
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https://youtu.be/q4n2YP77ZuQ