8 de octubre de 2022

LA GRATITUD PROPONE UN ALMA NOBLE Evangelio Domingo 9 de Octubre 2022


LA GRATITUD PROPONE UN ALMA NOBLE.                
Evangelio Domingo 9 de octubre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
            Dice el Santo Evangelio: “Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo:
«Id a presentaros a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús, tomó la palabra y dijo: «¿No han quedado limpios los diez? °°° Lucas 17, 11-19
 
            La gratitud es la virtud de aquel que ama, la esencia de un alma noble. El Maestro de Nazareth se detiene a pensar frente a la “Ingratitud” de tantas personas. El hermeneuta bíblico nos pone a pensar en una espiritualidad de “Acción de gracias”. Cuando una persona logra tener una experiencia maravillosa de la bondad y de la misericordia de Dios, entiende que todo es gracia de Dios, que nada es merecido. Según la experiencia del Nazareno, si todo es gracia de Dios, la pregunta sería: ¿por qué de 10 personas que reciben la bondad de Dios, solo una regresa a dar las gracias?  

Recordando la historia, la vida de un leproso era muy triste, una persona descartada por la sociedad, considerada impura, no digna, no vivir en comunión con los demás: La ley dice: “el leproso: “se cubrirá hasta el bigote e irá gritando: ‘¡impuro, impuro!... Es impuro y habitará solo; fuera del campamento tendrá su morada” (Levítico 13, 45-46).
 
            Todos sabemos cuánto duele la ingratitud, hemos tenido experiencia de gente que paga muy mal a sus seres queridos; hijos que desconocen el esfuerzo y el sacrificio de sus padres; creyentes que se acuerdan de Dios exclusivamente cuando lo necesitan. El problema de los leprosos, no es tanto no haberse devuelto a dar las gracias, sino que se fueron sin el don de la salvación. La ingratitud nos acarrea enormes dificultades, nos cierra el panorama del futuro, nos limita en nuestra edificación, frena todo crecimiento.
 
            El Papa Francisco enseña que: La gratitud es un rasgo característico del corazón visitado por el Espíritu Santo; para obedecer a Dios, primero debemos recordar sus beneficios. San Basilio dice: "Quien no deja que esos beneficios caigan en el olvido, está orientado hacia la buena virtud y hacia toda obra de la justicia" (Reglas breves, 56).  Podemos detenernos a pensar, ¿Cuántas cosas bellas ha hecho Dios por mí? ¿He sido agradecido con Dios? ¿Cuál será la mejor forma de darle las gracias a Dios? (cfr. Audiencia, 27 de junio, 2018).
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