SEAN SANTOS, COMO DIOS ES SANTO Evangelio Martes 1 de Noviembre 2022
SEAN
SANTOS COMO DIOS ES SANTO Evangelio
Martes 1 de Noviembre 2022 Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué Dice
el santo Evangelio: “Jesucristo subió al monte, se sentó, y sus discípulos se
le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los
pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados
los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los
que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. Mateo 5, 1-12ª. San Juan Pablo II, afirmaba que la
vocación a la santidad hunde sus raíces en el bautismo °°° es un elemento
constitutivo de la dignidad de cada persona. Lo primero: El llamado a la
santidad es universal. Todos estamos invitados a ser santos, como Dios es Santo.
Lo segundo: La vocación a la santidad va con comunión en la perfección de la caridad. Lo
tercero: La vida según el Espíritu, cuyo fruto es la santificación (cfr.
Romanos 6, 22; Gálatas 5, 22), suscita y exige de todos y de cada uno de los
bautizados el seguimiento y la imitación de Jesucristo, en la recepción de sus
Bienaventuranzas, en el escuchar y meditar la Palabra de Dios. Lo cuarto: la
vocación a la santidad está ligada íntimamente a la misión y a la
responsabilidad confiada a cada persona en la Iglesia. Lo
quinto: La santidad es una condición insustituible para realizar la
misión salvífica de la Iglesia. (cfr. Exhortación Apostólica. Christifideles Laici,
16 y 17). San
Pablo reitera a cada uno de nosotros para que vivamos como conviene a los santos. (cfr. Efesios
5, 2.3).“Sigan el camino del amor, a
ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y
víctimas cuyo olor agradable subía a Dios."Cuanto más imitamos a Jesús y
permanecemos unidos a él, tanto más entramos en el misterio de la santidad
divina. Descubrimos que somos amados por él de modo infinito, y esto nos
impulsa a amar también nosotros a los demás.” El santo Padre emérito, Benedicto
XVI propone pensar en la santidad desde la universalidad como lo establece la
Sagrada Escritura. Los santos son una muchedumbre imposible de contar. (cfr.
Apocalipsis 7, 9). Desde el justo Abel y el fiel patriarca Abraham hasta los
mártires, beatos y santos de nuestros días. Para
ser santos no es preciso realizar acciones y obras extraordinarias, ni poseer
carismas excepcionales. Es necesario, ante todo, escuchar a Jesús y
seguirlo sin desalentarse ante las dificultades. "Si alguno me quiere
servir ―nos exhorta―, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi
servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará" (Juan 12, 26). (cfr.
Homilía, 1 de noviembre 2006). SI
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