LA AVARICIA ES RAÍZ DE TODO PECADO
Evangelio Lunes 17 de octubre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.» Él le contestó: «Hombre, ¿Quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.» Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha.
Y empezó a echar cálculos: "¿Qué
haré? No tengo donde almacenar la cosecha." Y se dijo: "Haré lo
siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré
allí todo el grano y el resto de mi cosecha.” °°° Lucas 12, 13-21.
La avaricia, la codicia, el
egoísmo, no permiten que un discípulo cumpla perfectamente con la misión que le
encomienda su Maestro. Es muy sabia y práctica la famosa recomendación del
Hijo de Dios cuando advierte a sus seguidores: “Guárdense de toda codicia”. La
teología moral en nuestra Iglesia Católica nos regala una excelente catequesis
sobre los pecados capitales, que por sus mismas características generan o son
fuente de otros pecados. La situación se le complica demasiado a una persona,
cuando se deja llevar por un pecado capital. Por ejemplo: Existen cuatro
pecados capitales que llevan a una persona a desordenar su vida, fijándose solo
en un bien aparente.
La
soberbia es el afán desordenado de la excelencia. La lujuria y
la gula, son bienes aparentemente temporales. La codicia o avaricia, se queda
solo con los bienes exteriores. Existen otros tres pecados que es el modo
indebido de rechazar un mal. Por ejemplo: La pereza que rechaza el esfuerzo
necesario. La envidia que es una oposición al bien ajeno. La ira que incita al
rechazo. Un buen teólogo moralista, Ramón García de Haro, advertía que entre
los siete vicios capitales, la soberbia y la avaricia son origen de todo
pecado.
Es más, la avaricia es raíz de todo pecado.
Así lo enseño el apóstol de los gentiles a su excelente discípulo que lo
consideraba con una fe “genuina”. Dice el apóstol: “"la raíz de todos los
males es el amor al dinero. Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos
de la fe y se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos. Pero tú,
hombre de Dios, huye de todo eso. Procura ser religioso y justo. Vive con
fe y amor, constancia y bondad." (1 Timoteo 6, 10-11).
El Papa Francisco enseña que “El
dinero sirve, pero la codicia mata”. El dinero sirve para realizar muchas
obras buenas, para hacer progresar a la humanidad, pero cuando se transforma en
la única razón de vida, destruye al hombre y sus vínculos con el mundo exterior.
Lo que se debe condenar es el uso distorsionado del dinero. “El que atesora
para sí, no es rico ante Dios”. (cfr. Homilía, 21 de octubre 2013).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/dShMhQBa13U
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