María Santísima proclama la grandeza de su Señor. Evangelio Jueves 22 de diciembre 2022
QUIEN
AMA Y CREE EN DIOS, PROCLAMA SU GRANDEZA Evangelio
Jueves 22 de Diciembre 2022 Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué Afirma
la Sagrada Escritura: “María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su
esclava”. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso
ha hecho obras grandes en mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a
sus fieles de generación en generación”. Él hace proezas con su brazo: dispersa
a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes.” °°° Lucas 1, 46-56. Adorar a Dios es alabarlo,
exaltarle e inclinarse, como hace María la Virgen en el Magníficat, confesando
con gratitud que Él ha hecho grandes cosas y que su nombre es santo. “El
cántico de la Virgen María, refleja la actitud profunda de quien sabe reconocer
la grandeza de Dios y la sublimidad de su misericordia. Ahora, la transformación
del ser humano, por la obra maravillosa de Dios, se hace más visible en la
medida en que somos capaces de proclamar ante el mundo los prodigios del amor
de un Dios que hace historia con nosotros y desde allí: enaltece a los humildes
y derriba del trono a los poderosos.” Los cánticos en la Sagrada
Escritura, son una excelente expresión de la vivencia de la fe, del
reconocimiento de la grandeza de Dios, de una historia de salvación.Existen cánticos muy expresivos en el campo
profético, por ejemplo: El de Isaías (capítulo 12); El de Ezequías (cfr. Isaías
38, 10-14.17-20); El cántico de Ana (cfr. 1 Samuel 2, 1-10); El cántico de
Moisés (cfr. Éxodo 15, 1-29); El cántico de Habacuc (cfr. Habacuc 3, 2.19). El
cántico de Zacarías (cfr. Lucas 1, 68-79). El cántico del Magníficat (cfr.
Lucas 2, 29-32); El cántico de Simeón o Nunc Dimitis (cfr. Lucas 2,
29-32). El Papa Francisco enseña que el
Cántico de la Virgen María, es alabanza, es esperanza. Es un himno de alabanza
y exultación por las grandes cosas que el Señor ha realizado en ella, pero
María va más allá: contempla la obra de Dios a lo largo de la historia de su
pueblo. Dice, por ejemplo, que el Señor “derribó del trono a los poderosos,
enalteció a los humildes, colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los
ricos con las manos vacías” (vv. 52-53). Ella
no busca hacer una crónica del tiempo, no es una periodista, sino decirnos algo
mucho más importante: que Dios, a través de ella, ha inaugurado un punto de
inflexión en la historia, ha establecido definitivamente un nuevo orden de
las cosas. Ella, pequeña y humilde, ha sido elevada llevada a la gloria del
Cielo, mientras que los poderosos del mundo están destinados a quedarse con las
manos vacías. (cfr. Ángelus, 15 de agosto, 2022). SI
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