4 de diciembre de 2022

LA SANACIÓN SE CONVIERTE EN PERDÓN Evangelio Lunes 5 de Diciembre 2022


LA SANACIÓN SE CONVIERTE EN PERDÓN                
Evangelio Lunes 5 de Diciembre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice el santo Evangelio: “Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados». Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?». Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? °°° Lucas 5, 17-26. 
 
            Jesús el gran maestro de la vida, de la esperanza, de las ilusiones de los seres humanos que desean rehacer su vida. El Maestro prefirió trabajar con personas difíciles. En la mente de un judío no cabe la posibilidad de sanar en tiempos no indicados ni muchos menos perdonar pecados.  El cristiano sin el aliento del Espíritu convierte su propia religión en una carga insoportable.

Vale la pena invertir en el ser humano. Cristo trabajó pacientemente con todo tipo de personas, e incluso aquellas que estaban descartadas por la sociedad. nos enseñó el arte de amar, de hacer el bien, de practicar la justicia. El mismo Jesús propone quitarnos la máscara de lo social y a descubrir que la felicidad no está en los aplausos de la multitud, ni en el ejercicio del poder, ni siquiera en el ininteligible concepto de la ley. Para Cristo todo es un “si” Bien enseñaba el apóstol de los gentiles: "Todas las promesas hechas por Dios han tenido su sí en él; y por eso decimos por él «Amén» a la gloria de Dios" (2 Corintios 1, 20).
 
            La sanación es una gracia, que se convierte en perdón. La sanación es perdón, el perdón es sanación. Lo que no permite la realización de la sanación integral de una persona es el pecado, la limitación propia del hombre para recibir la gracia de Dios, el impedimento de nuestra falta de reconocimiento del mal que el pecado causa en nuestro corazón y en la vida.  Dios entiende perfectamente las dos realidades, el hombre cae y se limita por el pecado, pero es Dios quien por su inmenso amor y misericordia lo levanta, lo libera de todas las ataduras, lo libera definitivamente. 

            El Papa emérito Benedicto XVI afirma que Jesús no solo tiene poder para sanar el cuerpo sino también para perdonar pecados: “la curación física es signo de la curación espiritual que produce su perdón. Efectivamente, el pecado es una suerte de parálisis del espíritu, de la que solamente puede liberarnos la fuerza del amor misericordioso de Dios, permitiéndonos levantarnos y reanudar el camino por la senda del bien.” (cfr. Ángelus, 22 de febrero, 2009).
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