17 de diciembre de 2022

LO DIVINO PERFECCIONA LO HUMANO Evangelio Domingo 18 de Diciembre 2022


LO DIVINO PERFECCIONA LO HUMANO                
Evangelio Domingo 18 de Diciembre 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice el santo Evangelio: “El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» °°° Mateo 1, 18-24.
 
            Lo normal es que lo divino perfeccione lo humano. Es y ha sido el discurrir histórico en la salvación que ofrece Dios a la humanidad. El Hijo de Dios recibe su nombre y por ende su misión por parte del Padre celestial. Eso indica que Jesús de Nazareth es verdaderamente el Hijo de Dios, es de orden divino y perfecciona a todo aquel que haga su voluntad. San José cumple una misión fenomenal, que es la de entrar en el misterio de Dios, uniéndose al nombre de Jesús como “Jeshua” que implica decir: Dios es salvación. El Maestro cumple perfectamente la misión de quien lo envió: “El salvará a su pueblo de sus pecados”.
 
            Dios cambia los planes individuales de muchas personas y los pone al servicio de su plan de salvación. Dice el libro sagrado: “José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer”. (Mateo 1, 24). Dios perfecciona a san José y lo convierte en el modelo de ese hombre justo, noble, de aquel que hace la voluntad de Dios. La Sagrada Escritura nos habla del “Emmanuel”, al Dios con nosotros, y a Él hay que aceptarlo como Aquel que se ubica frente a un nuevo pueblo y a una nueva humanidad renovada por la acción del Espíritu Santo del Padre eterno.  Así como entendemos que el Espíritu de Dios estuvo presente desde la obra de la creación, asistió a todos aquellos hombres –profetas- que actuaron en nombre del Padre; así también Dios continúa su obra, que se convierte en renovación, en cambio, en oportunidad, en Gracia permanente.  El Espíritu Santo nos permite entender todo perfectamente: “María Santísima esperaba un Hijo por obra del Espíritu Santo” (Mateo 1, 18).
 
            La colaboración del ser humano es muy importante para Dios, con tanta razón Dios insiste en la santidad de vida, en la fe, y en el compromiso con Él mismo.  Pues la obra y lo que Él tiene preparado para nosotros, lo transmite a través de su creación. Desde un comienzo lo da a conocer, cambia la historia con la presencia de María, una Virgen generosa y fiel, una mujer plena en las cosas de Dios, convencida de su misión y de su ser. Cuando permito que lo divino entre a hacer parte de lo humano, se perfecciona el humano y se comprende lo divino.
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