LA MISERICORDIA DE DIOS NO TIENE LÍMITES Evangelio Lunes 6 de marzo 2023
LA MISERICORDIA DE DIOS NO
TIENE LÍMITES. Evangelio lunes 6 de marzo
2023 Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué Dice el santo Evangelio: “Jesús dijo a
sus discípulos: "Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No
juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis
perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante
pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis
se os medirá.” Lucas 6, 36-38. La
grandeza de Dios la encontramos en su misericordia. Con mucho acento y
sabiduría afirma la Escritura: El nombre de Dios es Santo y su misericordia
alcanza de generación en generación. (Lucas 1, 59). A lo largo de la historia
de la salvación, la misericordia muestra el rostro permanente de Dios sobre la misma
obra de la creación. Dios es y seguirá siendo un Padre compasivo y
misericordioso, lento a la ira y rico en piedad. La misericordia de Dios es sobre
saliente en muchos acontecimientos bíblicos, por ejemplo: Isabel contempla la
bondad y la misericordia de Dios, al igual que sus vecinos ante el nacimiento
de su hijo el Bautista. (cfr. Lucas 1, 57-58). El cristianismo
vivido en su plenitud se logra cuando existe unidad entre lo que decimos con lo
que hacemos. Bien afirmaba el profeta del siglo VIII: Lo que
creemos, con la misericordia que practiquemos con los demás. “Si partes tu pan
con el hambriento, si ofreces tu techo al desamparado, si le das ropa al
desnudo °°° brillará tu luz como el amanecer”. (Isaías 58, 7-10). La
misericordia de Dios va más allá de la propuesta de la ley. La norma a seguir
no es: “Ojo por ojo y diente por diente” (Mateo 5,38). La misericordia es el criterio para saber
quiénes son verdaderos hijos de Dios.El amor de Dios se muestra condescendiente ante la debilidad humana. El
Nazareno practica la misericordia con aquella persona que duda de su fe. Razón
para decirle a Tomás: “Deja de ser incrédulo, hazte creyente.” (Juan 20,
27). Misericordia
quiero y no sacrificios. Frase muy elocuente del Maestro Jesús
en el contexto de su Reino. La conquista de almas por parte de Jesús, llevan
como base el amor y la misericordia, el perdón y la comprensión, la exigencia y
la respuesta sincera. Jesús no se fija en el quehacer de las personas, en su
pasado, en su problemática, para Cristo lo más urgente es comunicarles la Buena
Nueva de la salvación, su misericordia. El Papa
Francisco enseña: La celebración de la misericordia tiene lugar de modo
especial en el Sacramento de la Reconciliación. Es el momento en el que
sentimos el abrazo del Padre que sale a nuestro encuentro para restituirnos de
nuevo la gracia de ser sus hijos. Somos pecadores y cargamos con el peso de la
contradicción entre lo que queremos hacer y lo que, en cambio, hacemos (cfr. Romanos
7, 14-21) (cfr. Carta Apostólica, Misericordia et Misera, 8). SI
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