22 de febrero de 2024

HAY QUE VENCER EL MAL CON LA FUERZA DEL BIEN Evangelio viernes 23 de febrero 2024


HAY QUE VENCER EL MAL CON LA FUERZA DEL BIEN.
         
Evangelio viernes 23 de febrero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que, si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el reino de los cielos. Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo: todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar del castigo.
 
            Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro de que no saldrás de ahí hasta que hayas pagado el último centavo". Mateo 5, 20-26.
 
            El Hijo de Dios nos enseña a vivir cualitativamente la ley del creador. Si algunos redujeron la ley a unas prácticas religiosas. Jesucristo nos enseña que, si nuestra justicia no es mayor que quedarse en cumplir unos requisitos, nunca lograremos vivir según el Reino de Dios y menos el avance hacia la eternidad. Cuando el dictamen de una ley no va en comunión con la justicia, la caridad, la misericordia con las demás personas, es una vana religión.
 
            El Papa Francisco piensa que el éxito de nuestra misión, de nuestra vida de Iglesia, está en que logremos ser una Iglesia fraterna y reconciliada. Al contrario, impacta mucho, produce dolor eclesial, comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas consagradas, consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?  
 
            Parte de la solución es rogar al buen Dios que nos permita entender la ley del amor. Cuánto bien recibimos cuando logramos amarnos los unos a los otros. Qué bueno que el apóstol san Pablo nos recuerde: “«No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal con el bien» (Romanos 12, 21).
 
Y también: «¡No nos cansemos de hacer el bien!» (Gálatas 6, 9). Todos tenemos simpatías y antipatías, hay que hacer necesariamente el bien. (cfr. Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, 101).
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