Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo
a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
Cuando
llegó el tiempo de la vendimia, envió a sus servidores para percibir los
frutos. Pero los viñadores se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro
lo mataron y al tercero lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros
servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: “Respetarán a mi hijo”.
Pero, al
verlo, los viñadores se dijeron: “Este es el heredero: vamos a matarlo para
quedarnos con su herencia”. Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña
y lo mataron.” °°° Mateo 21, 33-43. 45-46.
La
Escritura nos enseña que toda autoridad viene de Dios. (cfr. Romanos 13, 1).
Hombres y mujeres han querido reinar sin tener en cuenta la autoridad del
Creador. La rebeldía, el odio, la envidia han ido acompañando el pensamiento
de la humanidad. Adán y Eva se rebelan contra la autoridad de Dios, prefieren
el consejo del maligno. Caín siente envidia de su hermano Abel, y cierra la
historia con su muerte. (cfr. Génesis 4, 5-15)
José es
perseguido por sus hermanos, sienten envidia y odio, contra él, hasta que toman
la decisión de matarlo. (cfr. Génesis 37, 3-18). Dios crea un Reino para la
humanidad, la envidia, el autoritarismo del ser humano deciden matar al dueño
de la Viña para ser los dueños del Reino por encima de Dios. (cfr. Mateo 21,
38).
Según
la historia salvífica, Israel no ha estado totalmente de acuerdo con el Mesías,
con el Redentor del mundo. El profeta Isaías anuncia la presencia de Dios
en el mundo a través de su Hijo. (Isaías 9, 6-7). El Hijo de Dios siente el
rechazo de algunos por su presencia. (cfr. 1, 9- 11). “Vino a los suyos y no lo recibieron”.
Dios ofrece
posibilidades al hombre para que acepte su Palabra y su Espíritu, pero el ser
humano sigue rebelde. “Mataron al heredero y se quedaron con la herencia”.
(Mateo 21, 38). La propuesta sigue abierta, Dios sigue ofreciendo un Reino para
quienes deseen producir muchos frutos, en aras de la salvación de la humanidad.
Ambición
y autoritarismo no han permitido que muchos conozcan el buen Reino de Dios.
Los creyentes deberán aprender que el dueño de la Viña es Dios y cada uno de
nosotros cumpliremos nuestras obligaciones en el puesto de servidores, no de
ambiciosos.
El Papa Francisco habla de la lógica del
fracaso: Esta
historia que parece ser una historia de amor, después parece terminar en una
historia de fracasos, pero que termina con el gran don de Dios, que del
descarte saca la salvación; de su Hijo descartado nos salva a todos. Es aquí
donde la lógica del fracaso se cae. (cfr. Homilía, 1 de junio, 2015).
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