Evangelio sábado 3 de febrero
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Y se fueron
en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos
cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y
llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión
de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles
muchas cosas.” Marcos 6, 30-34
El buen ritmo y éxito de una misión
tiene su buen secreto: El Hijo de Dios
da la clave para que la misión que realice cada persona, se sostenga, se
solidifique y de muchos frutos. El secreto está en dos verbos: Ir y Venir.
En la medida en que se guarde el equilibrio, la misión logrará más
mensajeros para la misión y más madurez y estabilidad para quienes ya se
encuentran en dicha misión.
Los
mensajeros que ya aceptaron el mensaje del Nazareno, alcanzarán su buena
madurez, cuando usan el verbo “Venir”, están regresando a nutrirse de la
Palabra de su señor, a gozar de su descanso, tal como el Salvador lo desea:
“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré”
(Mateo 11, 28).
El Maestro no quiere que un mensajero caiga en
el extremo de la misión. Razón para recordarle: “Mi yugo es llevadero y mi carga es ligera”
(Mateo 11, 30). San Juan Pablo II decía: «Si buscas un lugar a donde ir, sigue
a Cristo, porque él es la verdad (...). Si buscas un lugar donde descansar,
está con Cristo, porque él es la vida. (...)
Así pues,
sigue a Cristo si quieres estar seguro. No te podrás extraviar, porque él es el
camino». (cfr. Discurso durante la visita a la universidad romana «Tor Vergata»
en el XV aniversario de su fundación).
La
misión de anunciar la Palabra, vivir la Palabra, defender la Palabra, sembrar
la Palabra, es el objetivo. Se logrará cuando cada misionero esté en
movimiento anunciando y regresando a la casa de su Señor. En ningún momento hay
que perder la noción de “Estar con Dios” para poder cumplir con el objetivo.
El Maestro
dice: “: “Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a
predicar con poder de expulsar los demonios” (Marcos 3, 13-19). El
Papa Francisco recuerda que para Jesucristo no existe ir sin estar, y no
hay estar sin ir.
El anuncio nace del encuentro con el Señor; toda actividad
cristiana, sobre todo la misión, empieza ahí. Sin servicio, sin misión, la
relación con Jesús no crece. (cfr. Audiencia, 15 de febrero, 2023).
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