4 de febrero de 2024

JESUCRISTO TIENE PODER SALVÍFICO Evangelio lunes 5 de febrero 2024


JESUCRISTO TIENE PODER SALVÍFICO
Evangelio lunes 5 de febrero 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Después de atravesar el lago, Jesús y sus discípulos llegaron a Genesaret y atracaron allí. Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que Él estaba.
En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban sanos.”  Marcos 6, 53-56.
 
            Jesucristo es el Señor, Él tiene el poder sobre la muerte, sobre el mal, sobre el pecado, sobre los momentos difíciles y conflictivos de cada persona. Hay que aprender a vivir nuestra fe centra en la esencia del Hijo de Dios. Muchos judíos centraron su atención, sobre quién era este hombre maravilloso, su Palabra, sus poderes, su trascendencia, su santidad, su perfección. Razón tiene el santo Evangelio: “Donde llegaba, salían a recibirlo y creían en su poder y gracia de bendición”.
 
            Jesucristo propiamente es un Salvador. Es el enviado de Dios para que cada persona experimente conozco los caminos de salvación que ofrece Dios.  El poder de Jesús llama mucho la atención, porque ese poder va a acompañado de milagros, curaciones, comprensión, ternura, dolor, acompañamiento, sabiduría, etc.   En la personalidad del Maestro de Jerusalén existe el equilibrio genial entre lo que él anuncia, lo que hace y el resultado que espera como aprendizaje de cada uno de nosotros:
 
            Lo que Él anuncia es el Reino de su Padre celestial, (cfr. Lucas 8,1); lo que Él hace es practicar la misericordia y la caridad con los demás, (cf. Marcos 1,34); el resultado de ese proceso es la conversión de cada persona que se pone al servicio de Dios en el mundo, (cfr. Marcos 1, 31). 
 
            El Papa Benedicto XVI nos enseña los sentimientos y las actitudes de Jesús ante la enfermedad, ante el dolor humano. Dice el santo Padre: Jesús se inclina ante el sufrimiento humano y cura el cuerpo; y el espíritu: Jesús vino a sanar el corazón del hombre, a dar la salvación y pide fe en él.
 
A Dios le pedimos muchas curaciones de problemas, de necesidades concretas, y está bien hacerlo, pero lo que debemos pedir con insistencia es una fe cada vez más sólida, para que el Señor renueve nuestra vida, y una firme confianza en su amor, en su providencia que no nos abandona. (cfr. Ángelus, 1 de julio, 2012).
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