17 de agosto de 2022

APRENDEREMOS A SENTARNOS EN LA MISMA MESA Evangelio Jueves 18 de Agosto 2022


APRENDEREMOS A SENTARNOS EN LA MISMA MESA    
Evangelio Jueves 18 de agosto 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“De nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos.” °°° Mateo 22, 1-14.
 
            ¿Cuándo aprenderemos a sentarnos en la misma mesa? Jesucristo propone la parábola del banquete, para que la comunidad internacional aprenda a convivir los unos con los otros. Los unos con los que piensan diferente. Un banquete donde desaparezca el odio, el racismo, la xenofobia, etc.  La vida se vuelve más complicada cuando creemos tener la razón. El Reino que plantea Dios, es un estado de vida social, donde desaparecen los que siempre creen tener la razón y se abre la posibilidad para escucharlos a todos. Dios plantea una Iglesia “Sinodal”.
 
Es cierto que convivir con los demás no es fácil, pero no imposible. De acuerdo a la historiografía bíblica: los judíos convertidos y los paganos convertidos no podían sentarse en la misma mesa. En otras palabras, sentarse en la misma mesa con un pagano no está bien. El problema avanza mucho más que una tradición judía y aparece en los inicios del cristianismo. San Pedro, apóstol, tiene dificultad con los jerosolimitanos, por haber entrado en cada de un pagano llamado Cornelio y comer en ese sitio. (cfr. Hechos 11, 3). Dice el texto: «Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos.»
 
            En el Reino de Dios circulan buenos y malos. Dignos e indignos. Su llamado es universal. La nueva ley de Dios se centra en el amor. El apóstol san Pablo es muy elocuente y acertado en explicarle a los romanos dónde está el verdadero concepto de la ley de Dios, de la ley del Reino de Dios: “nuestra salvación no depende de la obediencia a la ley, sino de la fe. 

En conclusión, podemos decir que Dios hace a la persona justa por la fe en Cristo y no en virtud de la obediencia a la ley”. (cfr. Romanos 3, 19-28). Nuestro Papa emérito Benedicto XVI parodiando la reflexión de san Gregorio Magno, propone pensar en el vestido nupcial para entrar al banquete de bodas: Todos estamos invitados a ser comensales del Señor, a entrar con la fe en su banquete, pero debemos llevar y custodiar el vestido nupcial, la caridad, vivir un profundo amor a Dios y al prójimo.” Ese es el vestido nupcial. (cfr. Homilía 9 de octubre, 2011).
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https://youtu.be/60JssCg55xI