Evangelio Domingo 7 de agosto 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Dice la Palabra de
Dios: “Dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro
Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna;
haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde
no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro,
allí estará también vuestro corazón. Tened ceñida vuestra cintura y encendidas
las lámparas.” Lucas 12, 32-48.
Un
buen creyente y practicante de la Palabra de Dios, debe aspirar a ser un buen
administrador, con las cualidades de la prudencia y la fidelidad. Los
mayores deseos de Dios es que mientras circulamos en este mundo, cumplimos con
nuestras tareas y obligaciones, seremos personas diligentes desde la ética
cristiana, responsables de lo que hacemos y por supuesto de lo se espera que es
la vida eterna. Somos conscientes de que el mundo necesita la luz de Dios, de
hombres y mujeres que seamos luz para los demás; que aprendamos a ser sal de la
tierra. (cfr. Mateo 5,13), luz del mundo (cfr. Mateo 5,14) Lámpara que ilumine
a los demás, (cfr. Mateo 5, 15).
La
Fe, se vive con inteligencia. es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo
que no se ve. La fe es la garantía de los bienes que esperamos, nos permite
descubrir las maravillas que Dios ha preparado para cada uno de nosotros.
Felices todas aquellas personas que saben vivir inteligentemente su fe, en todo
espacio, en todo lugar, en todo momento. (cfr. Hebreos 11, 1-2). Esperar la
Venida del Salvador no es tan fácil explicarlo con palabras concretas.
Hay que aprender a vivir de acuerdo al
orden que Dios le ha dado a la creación, cada cosa tiene su lugar, cada
experiencia tiene su instante, todo tiene su valor, todo tiene su principio y
su fin. La esperanza enseña a vivir la fe en medio de las responsabilidades
cotidianas, a tener ceñida la cintura, a responder por nuestra historia, a
trabajar por el sustento diario, a corregir debilidades y amenazas para un buen
espíritu, y por supuesto dejarse guiar por la luz de la Gracia de Dios que
genera una lámpara encendida en el universo para ejemplo de muchos que viven en
la oscuridad.
No
es posible ser cristiano y seguir ahogado en las riquezas; es necesario poner
toda la confianza en el Señor y compartir: Dice el texto sagrado: “Busca
primero el Reino de Dios y todo lo demás se te dará por añadidura”. El Papa
Francisco enseña que: existe una “última hora” y que existe la “plenitud del
tiempo”. Es una buena ocasión para pedir perdón, nos hará bien pedir la
gracia de caminar en libertad para poder así reparar los numerosos daños
ocasionados. (Homilía, 31 de diciembre
2014).
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REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ