24 de agosto de 2022

LA ESPERANZA NO ES UNA ILUSIÓN Evangelio Jueves 25 de Agosto 2022


LA ESPERANZA NO ES UNA ILUSIÓN     
Evangelio Jueves 25 de agosto 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas?” Mateo 24, 42-51.  
 
            El Mesías viene con una misión específica, la liberación del pueblo. Su mensaje es un llamado a la esperanza. El mundo no permanece igual, el tiempo es diferente, el misterio de Jesús cambia el rumbo de la historia.   La meta es lograr vivir en este mundo, según el espíritu de la misma Palabra de Dios. (Cfr. 1 Tesalonicenses. 4,1).   Pensar en ese momento, el cual no sabemos el día ni la hora, se detiene en el presente a través de las virtudes cristianas: Fe, esperanza y caridad. Jesucristo nos recomienda vivir en el tiempo con una conciencia crítica. “Estén en vela, porque no saben qué día vendrá su Señor.” (Mateo 24, 42).
 
            Debemos ser personas vigilantes, atentos a todo lo que nos está sucediendo. No podemos perder la fe y la esperanza en todo lo que realizamos, nuestra meta debe ser, vivir en plenitud todos los días de nuestra vida, aprovechar al máximo este tiempo cristiano que el Evangelio lo propone y la Iglesia lo celebra.  Quien no está vigilante, se puede equivocar fácilmente, puede perder el camino, se deja engañar, termina esclavo de su propia terquedad. Jesucristo nos enseña a defender nuestra paz, nuestro sano espíritu, nuestro futuro: “Tengan cuidado, no se dejen aturdir por el desenfreno y la embriaguez, ni por las preocupaciones diarias… permanezcan en vela, pidiendo a Dios en todo momento la Gracia. 
 
            La esperanza es un componente esencial de la existencia humana. Sin ella sería imposible vivir.  María se convierte en modelo de fe, esperanza y caridad. María es el modelo perfecto de la vida cristiana, es la Madre del sacrificio, del silencio, de la oración, de la perfecta entrega, de la generosidad, de la grandeza y nobleza de corazón. La esperanza cristiana no se alimenta de falsas ilusiones, su base es la Palabra de Dios y la presencia de Cristo en medio de la humanidad. 

El Papa Francisco enseña que Jesús es el autor de la esperanza: La esperanza es una virtud arriesgada, una virtud, como dice San Pablo, de una ardiente expectativa hacia la revelación del Hijo de Dios (Romanos 8:19). No es una ilusión" (Homilía de Santa Marta, 29 de octubre de 2013). "Es una virtud que nunca decepciona: si esperas, nunca serás decepcionado", es una virtud concreta, " (Homilía, 7 de mayo 2020). El Papa emérito Benedicto XVI dedica su tercer documento a la esperanza: «SPE SALVI facti sumus» – en esperanza fuimos salvados. (Carta Encíclica, año 2007).    
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https://youtu.be/6x3pM32NEW8