NADIE DEBE CONSIDERARSE SUPERIOR A OTRA PERSONA
Evangelio Domingo 28 de agosto 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Dice el santo Evangelio: “Jesús entró en casa de uno de los principales fariseos para comer y ellos lo estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro, y te diga: “Cédele el puesto a este”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.” °°° Lucas 14, 1.7-14
Competir por ser superior a los demás, estar por encima de los demás, esperar que los demás te destaquen; no pertenece a los criterios por los cuales el Hijo de Dios, le otorga el mérito a una persona. Bien enseña la sabiduría divina. “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”. (Eclesiastés 1, 2). El único autorizado a dar el mérito y el puesto a cada persona, se llama Dios. En la mente de Dios, un puesto no depende de los títulos, de un estrato social, sino de la gratuidad de Dios. Desde el punto de vista divino, nadie puede estar por encima de nadie. El ideal es que todos sean hermanos, que se amen, que se ayuden. San Pablo el apóstol de los gentiles fue muy acertado al decir: “Somos servidores de Cristo y administradores de las obras misteriosas de Dios. Cada persona, recibirá de Dios, la alabanza que se merece.” (cfr. 1 Corintios, 4, 1-5).
Dios no desea que ninguna persona en su Iglesia Católica pretenda el falso puesto de la superioridad. El Nazareno llama la atención a la comunidad cristiana, por su equivocada actitud de ambición y de soberbia, por aquellos que se suponen deben estar al servicio de la comunidad y no sintiéndose por encima de la comunidad. Es válida la advertencia: “"Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no practican" (Mateo 23, 3). Jesucristo estableció los comportamientos de un creyente en la comunidad cristiana: Afirma el Hijo de Dios: “No se dejen llamar maestro, porque uno solo es su maestro y todos ustedes son hermanos. Ni llamen a nadie padre en la tierra; porque uno sólo es su Padre: el del cielo. Ni se dejen llamar jefes, porque uno solo es quien los conduce: el Mesías. El más grande deberá ser el servidor de todos.” (Mateo 23, 8-11).
El Papa Francisco enseña que: la única autoridad creíble es la que nace de «ponerse a los pies de los otros para servir a Cristo. La mayor condecoración que podemos obtener, la mayor promoción que se nos puede otorgar: servir a Cristo en el pueblo fiel de Dios. Jesucristo primerea a sus discípulos y enfáticamente les dice: «No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor» (Marcos 10,43). (Discurso a cardenales, 28 de junio 2018).
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