Padre, Héctor Giovanni Sandoval Moreno. Delegado para la
pastoral litúrgica, Arquidiócesis de Ibagué. Colombia.
Bendición y oraciones para cada domingo
Monición: Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a
bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus
luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde
significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de
que la luz y la vida triunfaran sobre las tinieblas y la muerte, porque el Hijo
de Dios se ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera vida. El encender, semana
tras semana, los cuatro cirios de la corona significarán nuestra gradual
preparación para recibir la luz de la Navidad. Por eso hoy, primer domingo de
Adviento, bendecimos esta corona y encendemos su primer cirio.
ORACIÓN DE BENDICIÓN:
Oremos: La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu
Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz
esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la
ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo
ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu
Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de
esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de
aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. El que
vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
Primer domingo de Adviento: ¡Vigila!
Ahora encenderemos el primer cirio de la “Corona de
Adviento”, en nuestro camino hacia la Navidad. Encendemos, Señor, esta luz,
como aquél que permanece vigilando, en vela, esperando para salir el encuentro
del Señor que viene. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos
adormecen. En esta primera semana de Adviento, queremos estar atentos y
preparados, como María, para acoger al mensajero que nos trae la mejor noticia,
la más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor
Jesús!
Segundo domingo de Adviento: ¡Prepárate!
Ahora encenderemos dos cirios de la “Corona de Adviento”, en
nuestro camino hacia la Navidad. Los profetas mantenían encendida la esperanza
de Israel y los pobres del mundo anhelan la liberación. En María se acumulan
las esperanzas. Nosotros, como símbolo de la nueva justicia, encendemos estas
dos velas. Que cada uno de nosotros, Señor, sea tierra preparada, como María,
para que aniden en ella y nos invada el Salvador. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven,
Salvador!
Tercer domingo de Adviento: ¡Alégrate!
Ahora encenderemos tres cirios de la “Corona de Adviento”,
en nuestro camino hacia la Navidad. En Nazaret se rasgaron los cielos por la
acogida de una mujer. Se anuncia la buena noticia: el Señor llega. Preparad los
caminos, porque ya se acerca. Con su “hágase”, María despejó y preparó el
camino al Señor. Cuando encendemos estas tres velas, cada uno de nosotros
quiere ser luz que refleje a la antorcha de la mañana. ¡Ven pronto, Señor!
¡Ven, Salvador!
Cuarto domingo de Adviento: ¡Entrégate!
Ahora encenderemos cuatro cirios de la “Corona de Adviento”,
en nuestro camino hacia la Navidad. Al encender estos cuatro cirios, en el
último domingo, pensamos en ella, la Virgen, tu Madre y nuestra madre. Nadie te
esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más
alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En
sus manos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos
entregarnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto,
Señor! ¡Ven, a salvarnos! Correo del Autor: hectorgeovannys@gmail.com