EL SUFRIMIENTO AQUILATA EL ALMA Evangelio viernes 7 de abril 2023
EL SUFRIMIENTO AQUILATA EL
ALMA Evangelio viernes santo 7
de abril 2023 Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué “°°° Dicho esto, pasó Jesús con sus
discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el que
entraron él y sus discípulos.Pero
también Judas, el que le entregaba, conocía el sitio, porque Jesús se había
reunido allí muchas veces con sus discípulos. Judas, pues, llega allí con la
cohorte y los guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos, con
linternas, antorchasy armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder,
se adelanta y les pregunta: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el
Nazareno.» Díceles: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba también con
ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra. Les
preguntó de nuevo: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno».
Respondió Jesús: «Ya os he dicho que yo soy; así que, si me buscáis a mí, dejad
marchar a éstos.»Así se cumpliría lo
que había dicho: «De los que me has dado, no he perdido a ninguno.» °°° Juan
18, 1-19, 42. Cuando contemplamos a Cristo crucificado,
descubrimos la extraordinaria riqueza que emana del madero de la cruz, con un
solo objetivo, el bien de cada uno de nosotros. Allí pende, su sacerdocio,
su realización, su visión profética, su sacrificio redentor, su martirio, el
hombre que sufre, el Dios que salva, el hombre que se hace solidario, el Dios
que perdona, la Iglesia misma que nace del costado de Cristo.Nos decidimos a aceptar el sufrimiento humano
como un valor, como parte integrante de lo que significa el camino de la
vida. El
Papa Francisco explica el dolor y el sufrimiento del Salvador del mundo: Jesús subió a la cruz para descender a
nuestro sufrimiento. Probó nuestros peores estados de ánimo: el fracaso, el
rechazo de todos, la traición de quien le quiere e, incluso, el abandono de
Dios. Experimentó en su propia carne nuestras contradicciones más dolorosas, y
así las redimió, las transformó. Su amor se acerca a nuestra fragilidad, llega
hasta donde nosotros sentimos más vergüenza. Lo que más se destaca en la pasión y muerte
de Cristo es su perfecta conformidad con la voluntad del Padre, con aquella
obediencia que siempre ha sido considerada como la disposición más característica
y esencial del sacrificio. San Pablo dice la Cristo que se "hizo obediente
hasta la muerte de Cruz" (Filipenses 2, 8), alcanzando, así, el máximo
desarrollo de la kénosis, se despojó de sí mismo. Es más, Cristo, en la encarnación se
anonadó, haciéndose hombre: (Filipenses 12:7-10), y en la Cruz, haciéndose el menor
de los hombres: (Sal 22, 7, Isaías 53, Juan 19). En la Eucaristía, se anonada,
bajo la forma de sólo pan y vino, ¡el más humilde aún que en Belén!: (cfr. Juan
6, 48-58)
San Pablo es muy elocuente al decir: «Ahora me alegro de mis
padecimientos por vosotros y suplo en mi carne lo que falta a las tribulaciones
de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia» (Colosenses 1, 24). SI
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