27 de diciembre de 2025

LA FAMILIA DON Y GRACIA DE DIOS Evangelio domingo 28 de diciembre 2025


LA SAGRADA FAMILIA: MODELO
DE QUIEN HACE LA VOLUNTAD DE DIOS
Cada miembro tiene su propia dignidad                            
Evangelio domingo 28 de diciembre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo.
 
Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño". José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel.” °°° Mateo 2, 13-15. 19-23
 
            La Sagrada Familia, modelo perfecto de aquellos que logran hacer la voluntad de Dios. Humildad, Fe, obediencia y confianza plena en Dios en cada uno de sus miembros.
            La Familia ya estaba en los planes de Dios, en el corazón de Dios. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los esposos y a la procreación y educación de los hijos. Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la familia humana y la dotó de su constitución fundamental. Sus miembros son personas iguales en dignidad.
 
Para el bien común de sus miembros y de la sociedad, la familia implica una diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes. La familia es la célula original de la vida social. Es la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida. (cfr. Catecismo Iglesia Católica, 2201 – 2207).
 
            El Papa Francisco nos recuerda que María, José y Jesús, dan una respuesta generosa a la voluntad del Padre celestial. Cada uno de ellos es obediente al mandato celestial. Nos asombra la docilidad de María ante la acción del Espíritu Santo quien le pide que se convierta en la madre del Mesías. María no dudó en proclamarse en la esclava del Señor. (Lucas 1, 38). Jesucristo exalta la obediencia de su madre diciendo: Dichosos los que escuchan la Palabra y la guardan. (Lucas 11, 28).
 
San José es maravillo en su forma de ser y de actuar ante el llamado de Dios. San José no habla, sino que actúa por obediencia. Es el hombre del silencio, el hombre de la obediencia. La página del Evangelio (cfr. Mateo 2, 13-15, 19-23) nos recuerda tres veces esta obediencia del justo José, refiriéndose a su huida a Egipto y a su retorno a la tierra de Israel.
Jesús. Él es la voluntad del Padre: sobre Él, dice san Pablo, no hubo “sí” y “no”, sino sólo “sí” (cfr. 2 Corintios 1, 19). Y esto se manifestó en muchos momentos de su vida terrenal. (cfr. Ángelus, 29 de diciembre, 2019).
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https://youtu.be/zipLzCUsKHk