EL DISCÍPULO SE IDENTIFICA PLENAMENTE CON SU MAESTRO
Evangelio miércoles 26 de abril 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera,
porque he bajado
del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Esta es la
voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que
lo resucite en el último día Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que
ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último
día». Juan 6, 35-40
Qué representa el Hijo de Dios a cada
persona que lo va conociendo, por su Palabra, por su Iglesia, por su obra.
Esa fue una inquietud permanente de Jesucristo, él deseaba saber si sus
seguidores estaban en el camino indicado. Si la persona sabe correctamente,
quién es su Maestro, se supone que su misión va a ser muy buena. Bien advierte
la Escritura: “El discípulo no es más
que su Maestro, podrá ser como su Maestro”. (Lucas 6, 40).
Lo primero que
debe hacer un discípulo es conocer a su maestro. La Sagrada Biblia lo describe
muy bien con la expresión “Yo soy”. Por
ejemplo: Yo soy la luz del mundo. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Yo soy
el buen pastor. Yo soy la vid y ustedes son los sarmientos. Yo soy el alfa y la
omega, el primero y el último. Yo soy la puerta de las ovejas. Yo soy el Pan
que ha bajado del cielo. Yo soy el Señor, no hay otro fuera de mí. Yo soy
bueno, o vas a tener envidia porque soy bueno. (cfr. Mateo 20, 16).
El
salmo 118 de la Sagrada Escritura, es una excelente pedagogía para aprender a
seguir a Dios. Para estar en el camino de Dios, para poder hacer la voluntad de
Dios, conociendo verdaderamente sus designios, sus deseos. Dice el salmista: Hay que observar exactamente los decretos
del Señor. Abrir los ojos para contemplar las maravillas de la voluntad de
Dios. Pedirle a Dios que nos permite conocer el camino de sus leyes para poder
cumplir con su voluntad.
Vivir
el Evangelio en toda su extensión es comenzar a ser testigo de la esperanza. no
podemos quedarnos contemplando la lamentación, no podemos esperar la utopía de
que todo se mejore algún día. Hay que
abrir la puerta para que salga el testigo de la esperanza, todos los días
debemos realizar acciones de vida nueva con los demás; el amor que Dios infunde
en nuestros corazones es fuente inagotable de creatividad, para construir un
mundo mejor para los demás.
San Juan Pablo II enseña que, el hombre,
que es una criatura, puede "tener vida", la puede incluso
"dar", de la misma manera que Cristo "da" su vida para la
salvación del mundo. (cfr. Marcos 10,
45). Cuando Jesús habla, de este dar la vida se expresa como verdadero hombre.
Pero Él "es la vida" porque es verdadero Dios. (cfr. Octava jornada
mundial de la juventud).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/Lp4pLL-v33k 👈
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/Lp4pLL-v33k 👈