CUÁL DEBE SER LA IDENTIDAD DE UN SERVIDOR DE DIOS Evangelio jueves 5 de octubre 2023
¿CUÁL DEBE SER LA
IDENTIDAD DE UN SERVIDOR DE DIOS?
Evangelio jueves 5 de
octubre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Designó el Señor otros setenta y dos, y
los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él
había de ir. Y les dijo: La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al
Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
Id; mirad que os envío como corderos en
medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a
nadie en el camino. En la casa en que entréis, decid primero: " Paz a
esta casa." Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre
él; si no, se volverá a vosotros.” °°° Lucas 10, 1-12
Preguntémonos: ¿Cuál es la identidad de un
servidor de Dios en el mundo? Cada persona en la medida en que van
madurando en su fe, va profundizando en la Palabra de su Maestro, llega a
comprender que su identidad es la siguiente:
Se le sirve a Dios estando en
comunión con los demás, viviendo en comunidad con los demás, sintiendo a
los demás que son sus hermanos.
Es
obligatorio ser una persona virtuosa para no caer en
la trampa de la cantidad de personas que no están interesadas en la religión o
también de aquellas que viviendo la religión se convierten en lobos para los
demás. Las virtudes serían: humildad, paciencia, sabiduría, discernimiento. La
pobreza cuando se trata de los necesario deja ver con claridad la identidad de
dicho apóstol. La oración, cualifica la identidad de un discípulo. Cada
representante de Dios debe ser un mensajero de la paz en el mundo.
El Papa Francisco nos recuerda que debemos
ser apóstoles en una Iglesia que es apostólica. Algo que no puede faltar en un
apóstol es su vocación. Jesús "llamó a sí a los que quiso, y vinieron
a Él" (Marcos 3, 13). Los constituyó en grupo, dándoles el título de
"apóstoles", para que permanecieran con Él y fueran enviados en
misión (cfr. Marcos 3, 14.).
San Pablo insiste en que él es apóstol
no por mérito propio sino por Jesucristo. Él lo llamó desde el vientre de su
madre para anunciar el Evangelio a los gentiles. (cfr. Gálatas 1, 15-16).
La vocación cristiana no es una promoción
para subir, ¡no! Es otra cosa. Y es una gran cosa porque, aunque
"algunos por voluntad del mismo Cristo son constituidos en un lugar tal
vez más importante, doctores, dispensadores de los misterios y pastores para
otros, sin embargo existe entre todos una verdadera igualdad en cuanto a la
dignidad y a la acción común de todos los fieles en la edificación del cuerpo
de Cristo" (Lumen Gentium, 32). (cfr. Audiencia, 15 de marzo, 2023)
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